La Nación
De la política de Alabama y de Ambalema 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

De la política de Alabama y de Ambalema

 

José Joaquín Cuervo Polanía

 

Hace algunos años en Washington D.C. conocí a una mujer prototipo estadounidense; pude entablar con ella conversación en un autobús que recorría buena parte de la Avenida Massachusetts, una gran calle que atraviesa Washington D. C. de forma diagonal. Después de saber que era colombiano, me preguntó si Colombia era el país que tenía la capital más alta del mundo (caí en la cuenta que se refería a Bolivia) me dijo que todos sabían que aquí siempre había faltado autoridad, que este era un estado decadente (fallido) y que era solo el reino de la mafia.

Que era según ella una narco – democracia. Muy orgullosa me dijo que deberíamos aprender de ellos y de sus héroes nacionales, algo me resaltó de George Washington, Thomas Jefferson, Abraham Lincoln, y de los presidentes republicanos de los últimos tiempos, mencionó alguna cualidad de Richard Nixon, de Ronald Reagan y de los Bush. Le pregunté qué sabía de Bolivar o Santander y me dijo que había oído hablar de un tal Pancho Villa y de Pablo Escobar que le habían hecho daño a los Estados Unidos, pero que no sabía quiénes eran esos por los que yo preguntaba.

Ese día ratifiqué que los americanos tienen una cosmovisión muy ensimismada. Para su historia solo existen los vencedores y los vencedores son ellos, ignoran todo lo que a sus ojos es pagano y periférico.  El Norte – americano promedio de hace una década, se sentía plenipotenciario del poder y la máxima gloria. Aquella mujer hablaba de la consolidación del poder estadounidense y de un mundo unipolar controlado desde Washington. Pensar que el concepto que tengan los colombianos de la política norteamericana es relevante, es más que absurdo.

Los colombianos pensamos equivocadamente que los demócratas de allá son como los liberales y los petristas de acá. Que los republicanos de allá son como el Centro democrático o el partido conservador de aquí. Nada más equivocado.  Talvez la poca relación cordial de los últimos tiempos y el interés de los Estados Unidos por Colombia sea más del Congreso; sea más de los demócratas, pero eso no significa que nosotros seamos un factor decisivo en su política exterior.

Es ridículo que los seguidores del partido de Gobierno Colombiano se pongan del lado de Trump y defiendan como suyos los ideales republicanos. Así les suene que con la declaración dictatorial de Trump de no aceptar el resultado de las elecciones de noviembre mientras salga perdedor, con su invitación a “estar preparados” y “vigilar las elecciones”, con los insultos y denuestos descarados contra sus oponentes; se acerca al prototipo doméstico, culebrero y populista de Uribe, ese simple hecho no los hace Republicanos.

Que los máximos líderes fascistas de EEUU y Colombia sean unos gamines autoritarios e irrespetuosos, eso no los hace automáticamente idénticos ideológicamente y tampoco cambiará la pobre imagen prospectiva de los gringos hacia nosotros.