La Nación
COLUMNISTAS

De todo un poco

1) La visita del Procurador Alejandro Ordóñez a Neiva fue cómica: hubo francachela, comelona y hasta un bautizo donde lo hicieron posar de padrino a última hora. Pobre el ahijado. Quién sabe cuándo vuelva a verlo. Hubo fotos, también autógrafos, denuncias de aquí para allá y del otro lado (ni las contraloras y algunos procuradores del Huila se libraron) y hasta más de un desplante que casi termina en lágrimas. Los jugos de chulupa y achiras que le tenían algunos de sus funcionarios en el Hotel Plaza, quedaron servidos. Una eucaristía lo arruinó todo.  La agenda del Procurador terminó llena de asuntos pendientes que salieron del Huila. Y seguro, si hace Justicia no le alcanza el año para saldar cuentas y resolver los entuertos suscitados en su visita que era para tratar temas de paz, pero terminó siendo de ‘guerra’. Se escuchó de todo, hasta concejales de Oporapa denunciando que su Alcalde ya tenía arreglado con un senador su fallo de segunda instancia en la Procuraduría (vendió una finca del Municipio a su hermano por 25 mil pesos). Lo curioso, el fallo ya estaba proferido y extrañamente como lo denunciaron los cabildantes: a favor del Alcalde. Lo escuchó el Procurador, el mismo hombre al que todos querían cortejar o por su dignidad y poder como Procurador- aunque ya no falla- o por su evidente campaña presidencial. Nadie preguntó por los alcaldes y gobernadores del Huila con procesos disciplinarios en la Procuraduría General. Como Cielo González Villa ya fue sancionada, y Ordóñez hizo el favor, ¿los demás que hagan lo que se les antoje? ¡No hay derecho! Nadie indagó sobre si el alcalde de Garzón Delio González lo dejarán terminar su gobierno por sus múltiples procesos disciplinarios. Menos, si el mandatario de Palermo Orlando Polo nadó en las playas de Cartagena con dineros públicos. O si le caería la Justicia al extesorero de Altamira que desfalcó al Municipio. Allá ellos, que culminen sus gobiernos. Al fin y al cabo el Procurador anda en otro paseo y lo que menos quiere son opositores.
 
2) Desayuné con el exalcalde Héctor Aníbal Ramírez en Bogotá. Y sí, es confirmado: ya no irá a la Alcaldía de Neiva, aunque le hubiera gustado hacerse contar. Pero la razón es clara: el Partido Conservador le dio una bofetada y no lo avaló. Y los motivos son de peso: si la candidatura de Esperanza Andrade a la Gobernación del Huila no cuaja- que seguramente ocurrirá- ella será candidata a la Alcaldía de Neiva y el ‘negrito’, como lo llama Hernán Andrade terminará desplazado. Ante esto, Ramírez se hizo respetar. Y me cuentan, hasta en plaza pública y ante el Presidente Nacional del Partido Conservador.
 
3) Quedé corto en la investigación de las cartillas, enciclopedias y libros que compraron en la Gobernación del Huila de 2003 hasta 2013 y terminaron dañados. Me dicen que María Nubia Coronado, quien figura con dos contratos: “compra de enciclopedias interactivo Océano” y “Fabulas de Gunter” por 35 millones de pesos es la esposa (o madre de una de sus hijas) del exrepresentante a la Cámara Silvio Vásquez Villanueva. Los contratos fueron del 2004 y 2009. Y ni qué decir del detrimento de muchos de los libros. Lo peor: lo aburridores que resultan para estudiantes de bachillerato que ya ni leen. Ya imaginarán para qué sirve el poder…