La Nación
COLUMNISTAS

¡Depende!

La realidad que vivimos los colombianos es contradictoria y hasta cómica, por eso algunos consideran escandaloso que los negociadores de las FARC estuvieran haciendo proselitismo armado en La Guajira, pero les parece que no es tan grave que en ese mismo departamento se hayan estado muriendo los niños de hambre por cuenta de una clase política que se ha apropiado y lucrado de los contratos que deberían garantizar su alimentación.

Es que aquí en Colombia depende: de quien cuente la noticia, de quien opine sobre ella y a quien afecta, no es solo cuestión de doble moral, son los intereses que llevan a considerar de una u otra manera similares situaciones.

Cuando el uribismo gobernaba lo que hacían por fuera de la Ley era por “el bien de la patria” y por tal razón creían que no era malo que los líderes paramilitares fueran al senado, o que un paramilitar y  su abogado entraran clandestinamente a la Casa de Nariño, mucho menos que su propio jefe solicitara a los congresistas votar antes que los metieran presos, finalmente para su errónea concepción de la realidad el proceso de paz es el acabose pues los deja sin discurso y recordándoles el tormentoso pasado de su líder por la cercanía a grupos al margen de la ley.

En la Procuraduría también depende, cuando se investigó el cohecho de la “Yidispolitica” no hubo pruebas suficientes, pero ahora cuando se trata de aprovechar la oportunidad para atacar el proceso de paz por el desatinado comportamiento de la guerrilla encuentran que se han violado todas las normas existentes.  

A la guerrilla es poco lo que se le puede pedir, después de tantos años asesinando y secuestrando les debe parecer normal una reunión armados, no miden sus actos porque hacer proselitismo con armas para ellos es válido, es decir también depende de la óptica con la que se mire.

Colombia está muy cerca de firmar un acuerdo de paz, pero todo depende de quien lo analice, para unos es mejor que todo siga igual, finalmente la guerra es un negocio. En el otro extremo están quienes consideran que todo se vale para alcanzar la paz, por eso presenciamos actuaciones bizarras de uno y otro lado, lo extraño sería que hicieran algo diferente y pensaran en el bienestar del país antes que en sus propios intereses.

El proceso de paz es entre colombianos, difícil pedir que olviden que ¡todo depende!, esa será una dificultad para consumar lo acordado, finalmente incumplir es un deporte nacional.          

garcia.francisco@javeriana.edu.co