No escribo esta columna como una crítica a la policía. Por el contrario, exalto la labor de esta institución en muchos frentes, pero al momento de ver lo que esta pasando en materia de inseguridad, es difícil no pensar en donde está la policía. En las calles de nuestras ciudades la gente se siente insegura, atracan hasta con machete, y no estoy exagerando. La semana que termina en plena calle una mujer fue atracada con machete por la zona de Ipanema, a la señora no le quedo más solución que tirar el celular y salir corriendo, y obviamente no encontró a ningún policía que por lo menos con su presencia pudiera disuadir al delincuente o generarle seguridad a ella.
Lo dicho es parte del problema, por las calles no se ve a la policía, excepto para pedir papeles a los carros y motos, sabiendo previamente quienes no cuentan con el SOAT o la revisión tecno mecánica, para poner las mutas respectivas.
Soy consiente que la inseguridad no se soluciona solo con el ejercicio de la fuerza coercitiva por parte de quien debe ejercer la autoridad. La situación actual tiene mucho que ver con un sistema judicial que debiera haberse reformado hace años, pero que sigue con las mismas falencias, generando impunidad. Ya es común ver como, delincuentes son dejados en libertad o enviados a detención domiciliaria, cuando la ciudadanía sabe que no respetan nada, y que siguen delinquiendo al momento siguiente en que les dejan en libertad. También tiene que ver con un hacinamiento carcelario evidente que en muchos casos justifica la detención domiciliaria como medida absurda ante la clase de delincuentes que asedian a la ciudadanía, pero que además evita la resocialización de los condenados, fin básico de la detención carcelaria. Evidentemente también tiene que ver con la falta de decisión de nuestros dirigentes, que poco o nada hacen ante la problemática que en esta materia adolecen los colombianos.
Entiendo que la presencia de policías es poca, por cuenta del bajo pie de fuerza con que cuenta la institución. Pero al margen de esto, lo cierto es que su presencia en las calles, recorriendo los barrios, genera tranquilidad entre la ciudadanía, es disuasiva. Un delincuente actúa libremente donde no existe presencia de las autoridades, y desafortunadamente en nuestras calles, la policía que conoce en donde se esta delinquiendo, no se ve. Y en este sentido deben actuar.