La Nación
COLUMNISTAS

Editorial – “Elefantes” caros

Decenas de miles de millones de pesos desperdiciados, perdidos o simplemente mal invertidos, en municipios cuyas necesidades básicas insatisfechas siguen afectando Decenas de miles de millones de pesos desperdiciados, perdidos o simplemente mal invertidos, en municipios cuyas necesidades básicas insatisfechas siguen afectando a miles de sus habitantes, es el doloroso panorama que nos comenzó a mostrar ayer LA NACIÓN en un acucioso trabajo de investigación que deja en evidencia inocultables errores de planeación, notable desidia y negligencia, en un trasfondo que no puede ser otro que el de la corrupción. No de otra manera puede explicarse en unos casos el afán de construir obras que no fueron concertadas con los futuros beneficiarios, como el parador de comidas del Hobo, que llamaron “Turístico” para darle más realce, a un costo de más de mil millones de pesos, abandonado y botín de desvalijadores a la vista de quien entra a esa población. Lo único turístico de esta construcción abandonada – pese a que fue terminada – es la posibilidad de detenerse a observar una obra que bien puede servir para una clase de “lo que no debe hacerse nunca sin planeación”. Y qué tal la rimbombante y nada esencial Hacienda Yaguareña, a un costo de casi 3 mil millones de pesos. Para justificar tanta plata le denominaron Ecoparque Turístico Deportivo y Productivo Hacienda Típica Yaguareña, un nombre tan largo como la plata mal invertida y malgastada en un proyecto que sólo era importante en la mente de quienes, de manera irresponsable, decidieron construirla. Y como gran cosa nos cuentan ahora que hay 36 habitaciones con excelentes acabados, incluyendo dizque puertas importadas de Chile.  Lo comenzaron en 2008 y el siguiente Alcalde no le dio continuidad, dando paso a cualquiera que quisiese llevarse las redes eléctricas, la tubería y las dichosas puertas chilenas. Hoy la Hacienda Yaguareña no tiene servicios públicos,  no hay permisos para instalar las redes eléctricas robadas, y lo peor es que si se quiere reiniciar la obra hará falta mucho dinero para construir la piscina y los escenarios deportivos incluidos en el diseño inicial. Sólo hay que mirar las estadísticas de habitantes sin servicios básicos, de niños sin apoyo para estudiar, de mortalidad infantil, de calles destruidas o vías rurales intransitables en Hobo y Yaguará, y en el resto de localidades que expondremos esta semana, para advertir el tamaño de la irresponsabilidad de quienes han acometido estas obras: alcaldes, gobernadores, concejales y diputados que las han impulsado e incluso funcionarios del Gobierno Nacional que les dieron el aval a estos despropósitos.  ¿Acaso la prioridad no es resolver primero las necesidades básicas de sus habitantes, acometer proyectos para que todos tengan agua potable, eficiente alcantarillado, atención en salud y educación oportuna y de calidad para los niños? Yaguará, privilegiado en recursos de regalías, no tiene agua potable; Hobo tampoco. Resta esperar que los órganos de control acometan serias investigaciones para imponer medidas disciplinarias, fiscales e incluso penales contra los responsables de estos monumentos a la ineficiencia. Pero en algunos casos ha pasado ya demasiado tiempo, de manera que el hongo y el óxido que carcomen las obras habrá llegado también a los expedientes judiciales.