Después de la pandemia del Covid–19 con parálisis empresarial y recesión económica como los efectos nocivos del cambio climático con exceso de lluvias terminó el 2022, generando incertidumbre en la economía global, en Colombia con un alto costo de vida, devaluación del peso e inflación por encima del 13%, poniéndole una vela a cada santo para que el año nuevo fuera mejor, pero no hay tal.
Petro “el nuevo año es difícil crece el hambre en todo el mundo, las tasas de interés, recesión no solo en Colombia, quizá no crezca el empleo”. Le agregaría, el producto insignia de nuestra agricultura, el café que en los últimos años ha gozado de buenos precios por la crisis de Brasil, éste ya se recuperó, circunstancia que llevaría a una descolgada en el precio del grano.
Revisando conclusiones del Foro Económico de Davos, confirmamos lo difícil del 2023, recesión donde el FMI prevé un crecimiento económico mediocre del 2.5% en el estimado global, pero lo impresionante es el informe de la ONG OXFAM desnudando la “ley del más rico” donde éstos se comen los excedentes financieros y económicos, agrandando la desigualdad. Debe alarmar al mundo, cuando el informe afirma que el 1% de la élite capturó el 50% de la riqueza. Parece que nada puede detener la acumulación de dinero por parte de los superricos. En medio de la crisis sanitaria y económica mas brava de las últimas décadas, los que saben hacer dinero no sintieron el impacto de la pandemia. Donde el 1% más rico del mundo acaparó 2/3 partes de la nueva riqueza, valorada en 42 billones de dólares, el doble del 99% restante de la humanidad. En Colombia por cada 100 dólares de riqueza creada en los últimos 10 años, 45 han ido a parar al 1% más rico.
Alarma deberían causar estas cifras, pero más en nuestra patria una de las más desiguales del mundo, sintiendo en sus propios bolsillos el rigor de la carestía e incremento en sus gastos básicos. En el último año productos de la canasta familiar registran incrementos: frijol 87/%, café molido 56%, arroz 55%, huevos 53%, azúcar 51%, leche 36%, pastas 33%, carne 31%; es la estadística oficial la realidad es otra, acompasada con la cultura de la especulación, donde cada actor económico de la cadena de valor hace “su agosto”. Delinquen y especulan con las necesidades básicas.
Una de las conclusiones del foro económico, seria revisar el modelo económico para no ahondar la inequidad.
Hay que hacer la paz, la transición energética, las reformas estructurales pero lo prioritario es revisar el modelo económico, y sobre todo los instrumentos y la autoridad para poner en cintura a quienes especulen con las necesidades de la sociedad.