La Nación
El acento extranjero en el Atlético Huila 1 26 abril, 2024
DEPORTES

El acento extranjero en el Atlético Huila

A pesar de lo difícil que es llegar a un país con otras costumbres, donde las palabras no significan lo mismo o la comida es diferente, Barahona, Vélez y González son los tres forasteros provenientes de Panamá y Paraguay, que buscan dejar huella en Atlético Huila y hoy se sienten como un colombiano más, pero con acento extranjero. A pesar de lo  difícil que es llegar a un país con otras costumbres, donde las palabras no significan lo mismo o la comida es diferente, Barahona, Vélez y González son los tres forasteros provenientes de Panamá y Paraguay, que buscan dejar huella en Atlético Huila y hoy se sienten como un colombiano más, pero con acento extranjero. Vanessa Díaz Piedrahita Especial LA NACIÓN El Atlético Huila, que cumple una destacada campaña en la Liga Profesional del Fútbol Colombiano, a tiene dentro de su plantilla deportiva dos nuevas caras provenientes del extranjero. El panameño Alejandro ´la bomba´ Vélez y el paraguayo Digno Javier González, que acompañan a un viejo conocido, Nelson ‘el russo’ Barahona, quienes se convierten en la cuota internacional del conjunto bambuquero. ‘La bomba’ del Huila Cuota extrangeraAlejandro Vélez William nació el 13 de octubre en Ciudad de Colón (Panamá). Este volante de 23 años que ha tenido un buen arranque con el elenco opita se define como una persona tranquila, amigable y de buen carácter, que suele perder los estribos cuando siente alguna ofensa en contra de su familia, su principal motivación. Estar en ligas locales desde los 8 años le permitió a ‘la bomba’ ver en el fútbol una forma de ganarse la vida. A los 17 años jugó su primer partido como profesional con el Deportivo Árabe Unido y de ahí partió a Costa Rica a segunda división. En el 2010 llegó por primera vez al fútbol de Colombia para el torneo de la B con el Cortuluá. “El amor por el fútbol es algo que llevo desde pequeño, mi hermano me insistió porque lo que  a mi me gustaba era el beisbol porque en mi país es lo que más se juega. Mi hermano me comenzó a mandar para equipos a practicar y me quedó gustando”, destaca. Su llegada a Colombia Vélez llega a Colombia en el 2010 luego de que su empresario hiciera los contactos. El elenco del Valle del Cauca lo acoge durante un semestre y se convierte en su segundo equipo extranjero. “El me llama y me dice que si me quiero ir para Colombia, yo le digo que claro que tenía que salir y así se me abrieron las puertas en varios equipos. Como el Tuluá descendió me regresé para mi país”. Durante el 2011 el panameño juega con el equipo que lo catapultó a nivel profesional, Árabe Unido, donde logra salir subcampeón en el balompié de su país. En diciembre su empresario le comunica de una nueva oferta en Colombia y en enero recibe la noticia de su arribo al Atlético Huila. “En Panamá el fútbol es diferente, allá se aprieta más. Aquí en Colombia dejan jugar en el centro y es un fútbol más reconocido a nivel internacional, es bueno porque hay más ventaja de salir a Europa”. La principal motivación de este futbolista es indiscutiblemente su familia, que como para todo jugador toma un sentido muy importante y más si se tiene a varios kilómetros de distancia. Su hijo y la comida de su mamá es lo que más extraña. “Me hace falta la comida dominguera como la llamamos allá: arroz con coco, ojitos negros, rabito (cerdo) adentro del arroz y jugo de panela”. Vélez asegura que ha sido fácil acostumbrase a Neiva porque ha sido bien recibido por la hinchada. “Lo único que me falta es adaptarme al calor. Mi país es lo mejor, aquí hay buenas cosas pero esa es mi tierra, fue donde nací”. ‘La bomba’ estalla con nuevo look Alejandro Vélez no sería el mismo sin ese apodo que transpira en cada partido y que lo hace recordar de donde surgió. “En un partido en Panamá, cobré un tiro libre de una distancia lejana y la bola me entró en todo el ángulo y de ahí los periodistas comenzaron a decir que había sido un bombazo y al día siguiente salió en la prensa: ‘la bomba Vélez’, de ahí me quedé así”. El volante se define dentro del terreno de juego como un hombre incansable que transpira la camiseta del equipo donde esté. Además, cuenta con buen remate de buena distancia algo que lo hace acreedor de su apodo. “Mi debut con Huila fue en la primera fecha contra Boyacá Chicó, entré al minuto 80 la fanaticada me estaba pidiendo. El gol que marqué ante Quindío fue muy importante porque el profe hacia unas fechas no me convocaba, pero me pidió para ese partido que le colaborará en una posición que yo no juego. En los primeros minutos me sentí enredado por la derecha pero me dieron la confianza y resultó un buen partido”. Este es un hombre que no pasa desapercibido, y parte de ello se debe a su look y al curioso número que lleva en su espalda. “En Panamá veía a los jugadores extranjeros con su corte, entonces me hice el tinte porque mi mujer me insistió porque yo lo tenia rojo.  La camiseta 300 me la coloqué porque mi hijo nació un 30 y siempre la uso, pero cuando llegué aquí me dicen que un compañero la tiene, me toco usar esa”. Un guaraní con sabor vallenato Digno Javier González es un joven delantero de 21 años nacido en Caraguatay (Paraguay). Fue la última contratación del Atlético Huila y quizás la que más expectativas generó pues se sabia del interés del técnico vallecaucano Néstor Otero por un extranjero en el ataque. Este jugador es sencillo, recatado y muy hogareño “no me gusta tanto salir, prefiero quedarme en casa viendo la tele”. Todas sus inferiores las realizó en el Club Cerro Porteño, donde debutó a los 19 años. Luego de jugar por dos años en la institución que lo formó pasó a préstamo al Club Rubio Ñu, también de la primera división. De regreso a Cerro se encuentra con la sorpresa de una oportunidad de salir del país. “Es la primera vez que salgo para jugar por un Club, ya tenía unas cuantas experiencias con la Selección en Egipto donde pasamos a la segunda ronda  y con Cerro Porteño en Brasil”. Sus amores: el fútbol y la familia “Desde que nací mi primer regalo fe una pelota y es imposible no amar eso”. González extraña todo lo que dejó en su país, especialmente su novia, sus amigos, el tereré (bebida típica) y unas cuentas comidas: guiso de arroz, puchero, sopa paraguaya. A pesar de que dice estar cómodo en la ciudad y de no tener preocupación por la comida colombiana, pues toda le gusta, asegura que lo más raro que se ha comido ha sido el tamal. Es un hombre muy católico y es algo que heredó de familia, por ello lleva marcado en su piel sellos imborrables que lo iluminan cada vez que salta a una cancha o que toca un balón. “Tengo una virgen en mi brazo que me dejó mi abuela por parte de mi mamá para que cada 7 de octubre que es el día de la virgen del rosario le haga un rezo o una comida. Tengo los nombres de mis padres y un hermano que falleció, y en la espalda tengo una cruz que es muy significativa en mi familia”. Según el joven atacante, el balompié en Colombia es mucho más competitivo  en eso se diferencia de Paraguay. “Hay mucha presión y esa es la diferencia entre allá y acá. Es importante que te reciban bien en un club siendo extranjero y ya con mis compañeros empiezo a bromear y a enseñarles un poquito guaraní también”. De su debut con el Atlético Huila asegura que se sintió muy bien a pesar de que fue el último jugador en unirse a la plantilla deportiva, el hecho de haber realizado la pretemporada con el club guaraní lo mantuvo a punto para lo que el estratega opita quería y lo demostró con sus dos anotaciones. “Un gol en el debut lo hace sentir bien y más si se es un jugador extranjero que viene como refuerzo, el primer gol fue un verdadero golazo y no me dejó dormir, estuve contento”. El ‘russo’  hombre de Selección El volante colonense nacido el 22 de noviembre de 1987, suele causar en una primera impresión algo que no es. Es un hombre muy accesible y agradable al hablar, aunque reconoce que debido a que no es de hablar mucho, la gente se confunde y lo tacha como orgulloso y soberbio. “Soy tranquilo pero muy serio, uno teniendo esa imagen de ser así no se quita de que le puedan conversar”. Como mencionaba Vélez, en Panamá no es precisamente el fútbol lo más apetecido como lo es en nuestro país. El beisbol es el que manda la parada y por eso desde muy pequeños se inclinan por el deporte de la pelota caliente. “Yo jugaba en una escuela de fútbol donde tengo la oportunidad de jugar en un torneo nacional y llegan a verme del Deportivo Árabe Unido, donde me dan la oportunidad en participar en su equipo”. Barahona Collins ha jugado en el fútbol uruguayo con Centro Atlético Fénix en el 2008, en Venezuela con Caracas y Deportivo Táchira, luego de que jugara con Huila en 2009 e Independiente Medellín en el 2010. Participó también con la selección de su país en la categoría sub 20 en el 2007 donde jugó la Copa Mundial en Canadá y marcó frente a República Checa. Más adelante en la Sub 23 estuvo con el seleccionado panameño en el Preolímpico 2008 en Florida donde fue escogido dentro del equipo ideal. “Para mi es importante todo ese recorrido, porque con eso puedo hablar de un futuro. La experiencia con la Selección ha sido estupenda, con la mayor he marcado 10 goles que han sido importantes y me he coronado campeón con ellos en la Copa de Naciones en Honduras”. ‘Extraño mi hijo y la comida’ Su llegada a Colombia se da cuando jugaba para el Árabe Unido, luego de que el también panameño Amilcar Henríquez lo recomendara ante la junta directiva de la institución. “Luego de que mi compañero Amilcar Henríquez conversara con el presidente de ese entonces, viaja a Panamá a verme jugar y las cosas se pueden dar de la mejor manera. Llegué en el 2009 y fui muy bien recibido”. El talentoso volante asegura que Medellín no lo quiso prestar cuando estaba el ‘Teacher’ Berrio como técnico del Huila y por eso se da su paso a Venezuela. “Yo seguía hablando con Amilcar y gente de acá para que me dieran la oportunidad nuevamente de volver al equipo y hoy en día no me arrepiento de haber venido”. A nivel personal Barahona se muestra como un hombre sensible, que sin lugar a dudas lo que más extraña es a su hijo y  la comida de su madre. “Ha sido muy duro para mi porque los estudios de mi hijo le impiden estar conmigo. También cuando se está acostumbrado a la comida de la mamá y ya no se ve, nada es igual. Me golpea sobre todo los domingos porque en Panamá es comida especial, porque quisiera esta allá”. El Look ‘100’ Definitivamente los look que llevan los jugadores en los diferentes clubes del mundo les crean un sello propio que los hace más reconocidos a nivel mundial. “En Panamá hay un jugador llamado Julio Medina Tercero y siempre se pintaba el cabello, cuando yo estaba en las inferiores del Árabe Unido me decían el puchito Medina de la sub 19, entonces ahora lo tengo yo y es muy famoso aquí en Colombia”. Ante el Pasto el ‘russo’ Barahona marcó el gol del triunfo que en medio del baile de celebración resaltaba ese particular número 100 que lleva con orgullo en su camiseta. “En el 2009 cuando llegue a Huila estaban inaugurando el puente ‘El Centenario’ en mi país, entonces yo dije que quería esa camiseta como homenaje.  La celebración de ese gol fue con baile porque la alegría nunca se puede perder”.