La Nación
El arte y la supervivencia 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

El arte y la supervivencia

 

Andrea del Pilar Bautista Perdomo

Uno de los sectores que han tenido que buscar con resistencia en esta dura pandemia es la música y el arte, donde muchos hemos tenido la posibilidad de deleitarnos permanentemente al escuchar serenatas desde las casas o los balcones. Si bien es cierto este es un sector que para nada la ha tenido fácil y mucho menos bien pago, y que por el contrario siempre ha sido bastante subestimado y de pocas oportunidades, muchos le han apostado a los emprendimientos locales batallando día a día con la dura realidad de lo tangible, donde el arte, la creatividad y los afectos no tienen cabida para el mercado, logrando en muy pocos casos tener una opción de vida.

También, muchos han logrado consolidar sus agrupaciones artísticas, cada una a su mejor estilo para lograr encontrar un sustento permanente en cada uno de sus hogares. Pero si antes no llovía pues ahora mucho menos escampa. Cuando digo esto me refiero a la dura crisis que están viviendo la gran mayoría de artistas, que, siendo una profesión absolutamente brillante, admirable y hermosa, hoy les ha tocado sortear una de las peores épocas para lograr la supervivencia.

A ellos, que no están exentos de pagar un arriendo, colegios, alimentación, cuotas bancarias, entre otros más compromisos, debo decirles que admiro mucho cómo han tomado la valiente decisión de salir de sus hogares a la búsqueda de los pocos recursos que recolectan en su convicción, dando serenatas callejeras con un público que en muchos casos no responde a este trabajo.

Hoy quiero hacer un llamado a las entidades que manejan derechos de autor y que se ufanan de salir a decir que son los que representan a los artistas, en dónde está la ayuda económica para cientos de hogares del Huila y de Neiva que viven de la música, la danza, el teatro, la poesía, dónde está el dinero que recogen de los grandes eventos que por años se han realizado en el Huila y que se suponen deben ir destinados a este sector. Siempre apoyé, por ejemplo, la realización del Festival Folclórico del Bambuco en su versión Nº60.

Era la única posibilidad de no dejar a la deriva a muchos artistas que poco o nada viven de nuestras festividades tradicionales. No tenemos que romantizar la falta de oportunidades, sino exigir los recursos que merece el mundo artístico para que siga subsistiendo, ante unas condiciones tan aislantes, decadentes y deshumanizantes.