La Nación
COLUMNISTAS

El fracaso de la educación

No son nada nuevo los resultados de los exámenes Pisa a los cuales se ha referido la prensa y el gobierno mismo en estos días. En estos Colombia ocupó uno de los últimos lugares entre los 65 países registrados en las pruebas internacionales efectuadas en el año 2012.

Andrés Oppenheimer en su libro “Basta de Historias” publicado en el 2011, escribió, refiriéndose al estado de la educación en Colombia, que las pruebas Pisa del año 2007, relacionadas con matemáticas y comprensión de lectura, los resultados fueron “por debajo del promedio”. Las pruebas de este año, relacionadas con lectura, matemáticas y ciencias registraron un descenso, demostrando, que en vez de mejorar, estamos decayendo en la calidad de la educación. Por su lado, José Orlando Melo escribe que el nivel de conocimiento de un estudiante colombiano de 15 años es el de un niño de 9 años de Shanghái en la China.

¿De quién es la culpa del desastre en la calidad de la educación en Colombia? La respuesta nos compromete a todos. Pero estableciendo los grados de responsabilidad, está el gobierno como el primer responsable, luego los educadores y tercero los propios estudiantes.

El gobierno es responsable por cuanto le corresponde fijar las políticas, estrategias y prioridades del desarrollo nacional. La educación nunca ha estado en primer lugar. Hace cuarenta años los países del sudeste asiático dieron el gran salto hacia el desarrollo a través de la educación, la ciencia y la tecnología. Al revés de lo que hicieron esos países cuando aumentó el período lectivo, en 1986 el gobierno colombiano lo rebajó a ocho meses.

Los educadores son responsables en cuanto son quienes moldean la materia prima que es la juventud. Pero muchos de ellos carecen de la suficiente preparación para hacerlo. Para algunos, ser educadores es solo una forma de ganarse la vida y no la oportunidad para vivir y ejercer una vocación que se traduzca en formación de los estudiantes. Los bajos resultados de las pruebas Pisa los retrata y su reflejo es la mediocridad cuando los estudiantes ingresan a la Universidad. Si se les pregunta quién fue Wiston Churchill, dicen que fue un futbolista.

Los estudiantes universitarios de hoy no leen. Muchos creen que el mundo nació cuando ellos nacieron. Escriben y redactan como lo hacíamos antes cuando cursábamos quinto de primaria. Esto los hace poco creativos y ajenos al mundo del conocimiento. Para muchos de ellos lo importante es tener el diploma en el sobaco, no el conocimiento en la cabeza. A este paso, siempre estaremos abajo en las pruebas Pisa. Y nunca será Colombia un país desarrollado.