La Nación
COLUMNISTAS

El Pacífico en el Atlántico

El gobierno colombiano, para el lanzamiento de la Alianza del Pacifico privilegió a Cartagena, ubicada en el mar Caribe y despreció a Buenaventura y Tumaco. Nos avergonzamos de los niveles de pobreza y atraso que históricamente han aquejado a la región pacífica colombiana. Paradójicamente, ojalá esta situación haya contribuido a poner más en evidencia el abandono de tan importante región del país y, quizás, motive a gobernantes y políticos, así como a empresarios, a mirar con otros ojos la costa pacífica. Porque el pacífico colombiano tal y como está hoy en día no se puede mostrar. No se puede mostrar Buenaventura y mucho menos Tumaco. No se pueden mostrar tampoco, porque ni se ven, Timbiquí o Guapí. Y menos aún Quibdó, que por su cercanía con el rio San Juan debería ser estratégico.

Los territorios más abandonados de este país, justamente, se encuentran sobre el Pacífico. La infraestructura en carreteras es casi inexistente. La única que, por obvias razones más o menos, funciona es la vía al mar. Pero Buenaventura no aguanta más. La pequeña isla esta superpoblada. Y el puerto es una pena. Seguramente lo arreglaran porque es nuestro principal puerto en el Pacífico. Y lo harán para que todos los departamentos andinos saquen sus mercancías. Y para que las mercancías de otros países lleguen a los departamentos andinos. Mientras ellos, la gente del Pacífico tendrán que conformarse con ver pasar esas exportaciones e importaciones. Porque, la verdad no creo que nada de ese desarrollo que pueda generar la Alianza del Pacífico, quede algo en el Pacífico.

El esfuerzo del gobierno, de éste y de los que vienen, tendría que tener en cuenta el bienestar de la gente del Pacífico; donde se concentra la mayor parte de la comunidad afro de Colombia. Hay que pararle bolas porque es una región muy vulnerable al narcotráfico y por ende a la delincuencia, bacrim y guerrilla. Si el gobierno no replantea esa relación con los ciudadanos del Pacífico, para sacarlos de ese abandono histórico a que han estado sometidos; entonces vendrá más de eso mismo, pero de una manera legal. Y las reuniones de la encopetada Alianza del Pacífico, tendrán que seguir realizándose en Cartagena. Menos mal que la doble calzada a Buenaventura va a ser realidad algún día, y algunos empresarios como los de TCBuen y Agua Dulce están invirtiendo en la infraestructura portuaria. Al menos es un comienzo, porque el trabajo por hacer es inmenso. La presencia del estado debe ser pronta y generosa. No se trata del Pacífico; se trata de la gente del Pacífico. No hay mal que por bien no venga.