Froilán Casas Ortiz
Muchas personas hablan del pasado con desdén y resentimiento. Con todos los desórdenes e injusticias que hayan ocurrido, es nuestro pasado. Cuando se mira la historia con sentido prospectivo, se aprende del pasado: aciertos y desaciertos. Conocer los errores, evita repetirlos; descubrir y constatar las bondades, es saludable para aprender de ellas y tomar impulso para llegar a la excelencia. Llorar sobre la leche derramada no arregla nada; ser plañideras de desastres no da solución a los problemas.
Por favor, no busquemos excusas en el pasado para justificar nuestra pobreza y pereza. ¡Cuánto se ha podido hacer y se ha dejado de hacer! Con relación a nuestras etnias, debemos decir que somos un pueblo mestizo; los peninsulares, a diferencia de la colonización inglesa, holandesa y aún, la francesa, se mezclaron con los aborígenes; de todas esas uniones morales o inmorales (de acuerdo con la óptica que se miren), nacimos nosotros; esa es nuestra realidad y punto.
¿Por qué tanta agresividad contra la colonización? ¡Qué pena! Somos hijos de agresividad. ¡Ah! ¿Entonces nosotros debemos ser agresivos? Si mi papá es borracho, ¿yo debo ser borracho? ¡Qué salida tan olímpica y de falta de responsabilidad! Que los indígenas eran crueles, sí, pero son nuestros antepasados; que los españoles conquistadores fueron despiadados y llenos de avaricia, sí, pero son nuestros antepasados. Por nuestras venas y arterias corre sangre indígena y española, ¿Qué le vamos a hacer? Que después llegaron los africanos, verdad y bajo ¿Qué condiciones? Sí, pero son colombianos y forman parte de nuestra familia.
Entonces, ¿para qué denigrar del pasado? Por favor, analicemos, ¿Qué cultura está exenta de culpa? Como dice el libro Santo: “Si Tú tuvieras cuenta de nuestros delitos, ¿Quién podrá resistir?”. Merece tanto respeto la cultura agustiniana como la hispana: esos somos nosotros. ¿De dónde acá la actitud iconoclasta? No entiendo cómo se quiere borrar el pasado derribando iconos de la cultura ibérica so pretexto de defender lo nuestro: por favor, y lo nuestro ¿Qué es? Todos los atropellos a la persona humana deben censurarse encuéntrense en donde se encuentren; no seamos sesgados y pasionales en nuestros juicios.
El futuro será hermoso si sembramos el presente con trabajo productivo y mancomunadamente lo construimos sin resentimientos y retaliaciones. La violencia genera más violencia. La persona humana es sagrada, pertenezca a la etnia que sea. ¡Cuidado con la lucha de clases! La lucha es contra la pobreza y la miseria; busquemos caminos que nos conduzcan a la prosperidad y bienestar para todos. El común denominador para llegar a esa meta es: trabajo productivo, cero desempleo y honestidad en el manejo de la cosa pública. ¡Ah! Si administráramos bien nuestros recursos naturales y fiscales, este sería un país paradisíaco. Por favor, ¿por qué somos tan crueles y nos matamos unos a otros? Todos tenemos derecho a participar en el banquete de la vida. En este país cabemos todos; toda discriminación es un prejuicio social. El respeto es la clave del éxito.