La Nación
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El presidente Santos en el Huila

Ante los problemas que agobia desde hace años a esta región del país, como el desempleo, la pobreza, la ausencia de grandes empresas, la violencia intrafamiliar, una infraestructura vial debilitada y la inseguridad, entre otros, nuestros dirigentes políticos y los gobernantes de turno han realizado intensos esfuerzos ante el gobierno nacional para que sea solucionada gran parte de esta problemática. Sin embargo, a excepción de Misael Pastrana Borrero, quien ejecutó y proyectó grandes obras para este departamento y que todavía están vigentes, los demás mandatarios colombianos han quedado en deuda con el Huila.

Con el propósito de analizar y revisar el estado en el cual se encuentran los proyectos y programas que se están ejecutando en esta región del surcolombiano por parte del Gobierno Nacional y por consiguiente darle a conocer a los huilenses un balance de los compromisos adquiridos y las inversiones realizadas hasta el momento, durante dos días el presidente Juan Manuel Santos descentralizó su administración para trasladar gran parte de su equipo de colaboradores hasta el Huila, para inspeccionar proyectos y programas, inaugurar obras de gran impacto social, escuchar a las comunidades y hasta realizar un Consejo de Ministros. Todo en el marco del programa institucional “El Presidente en las regiones”

Es cierto, a pesar que no es el ideal ni lo que esperábamos, hemos avanzado lentamente en la atención de ciertos sectores, como ha sido la entrega de incentivos en créditos y subsidios para las familias campesinas, apoyo a los productores de café, el otorgamiento de 8.200 viviendas rurales, mejoramiento del aeropuerto Benito Salas, financiación para el Sistema Estratégico de Transporte de Neiva y para el circuito turístico del sur, apoyo en diferentes aspectos a 27 de los 37 municipios y la construcción de varios corredores viales que proyectarán a nuestro departamento hacia un verdadero polo de desarrollo, entre otros avances.

Sin embargo, la deuda que tiene el Gobierno Nacional con el Huila continúa siendo muy grande. Falta mucho todavía por gestionar y por hacer. Hay que priorizar la cristalización de programas sociales para beneficiar a las comunidades más vulnerables, garantizar el presupuesto para el transporte y alimentación escolar, sacar de la unidad de cuidados intensivos la red hospitalaria de la región, lograr el cumplimiento de los acuerdos realizados con el sector agropecuario para conjurar la problemática y asignar los recursos comprometidos para optimizar la red vial, entre otras prioridades.

Pero sin duda alguna, todos, sin excepción, le estamos apostando a la paz, porque tengo la seguridad que si finalmente se logra firmar un acuerdo en la mesa de negociación que se sigue en la Habana –Cuba- desde hace más de dos años, todos los colombianos nos vamos a beneficiar, especialmente los huilenses, quienes hemos padecido de la violencia durante más de medio siglo y que hemos puesto una cuota muy alta en este conflicto armado.

Una vez se inicie la etapa del pos-conflicto, debemos estar preparados para ofrecerle a nuestras comunidades unas condiciones confiables de convivencia, con el propósito de originar unas mejores oportunidades de progreso y, por lo tanto, optimizarles la calidad de vida.

Teniendo en cuenta lo anterior, les estoy ofreciendo a los huilenses el fortalecimiento de un programa de gobierno incluyente, pluripartidista e integral, en el cual le vamos a garantizar a nuestras comunidades la optimización de su calidad de vida, con la esperanza que al término de esta década vamos a entregarle a nuestros hijos un mejor departamento.