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El reto del emprendimiento

Hay muchas razones para pensar que la construcción de una cultura del emprendimiento es una tarea inaplazable que compromete al Estado, la academia y el sector productivo. Los cambios que se están presentando en las dimensiones económica, tecnológica, política, cultural y ambiental, hacen prioritaria la educación como una forma de reducir la inequidad y de aprender a aplicar el conocimiento en la solución de problemas concretos de la sociedad.

En reciente entrevista a la directora del Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación (Colciencias), exponía la idea de que Colombia debería ser líder en ciencia, tecnología e innovación. Reconocía que no hay una política pública definida al respecto, en los últimos años ha habido una alta rotación de directores, es pobre la articulación entre las entidades relacionadas con el tema y no hay estructura institucional regional. Valoro la sinceridad de la actual directora y espero que esto no vaya a significar su salida de la entidad, sucedió con la anterior directora por manifestar que le preocupaba la reducción del presupuesto para Ciencia, Tecnología e Innovación.

Con la idea de focalizar los limitados recursos a las necesidades del país propuso “migrar como entidad que financia convocatorias a entidad que lidera proyectos”. Es de esperar que mediante el fortalecimiento de las relaciones institucionales para 2018 el país cuente con 11.000 empresas innovadoras y 50  spin-off (proyectos que resultan de procesos de investigación), primordialmente en los sectores de salud, energía y alimentos.

En el contexto regional el reto es aún mayor. Está demostrado que en regiones donde se logran adelantar acciones de complementariedad en la cadena de valor del emprendimiento y la innovación, se obtienen transformaciones importantes que se traducen en mejoramiento de la calidad de vida de sus comunidades. Hay casos como los de Caldas, Risaralda, Meta o Antioquia, en donde gracias al trabajo institucional mancomunado, se han creado bases sólidas para construir una cultura del emprendimiento y la innovación. Sólo las acciones coordinadas de Estado, la academia y el sector productivo permiten reducir los impactos generados por los bajos precios de nuestras materias primas tradicionales y la elevada dependencia con respecto al petróleo y el café. Una sociedad será más desarrollada cuanto más educada sea. La educación permite adquirir la capacidad de generar valor agregado con la aplicación del conocimiento.

En buena hora el Consejo Superior de la Universidad Surcolombiana creó a partir del año 2015, el Centro de Emprendimiento e Innovación con el propósito de promover la construcción de una cultura emprendedora e innovadora en el Huila, que articulada al sector real de la economía aporte mayor bienestar a la región y el país.