El intercambiador vial de El Tizón, ubicado en inmediaciones de la Universidad Surcolombiana, se ha convertido en el escenario donde centenares de manifestantes convergen por estos días para recargar fuerzas y continuar en la ‘lucha’, en el marco del paro nacional. Las ollas comunitarias y los actos artísticos son el ‘alimento’ que cohesiona la movilización social.
Lucía Sánchez
Erika Gonzáles de 36 años de edad, es una madre neivana residente en el norte de la ciudad, quien desde hace una semana dejó a un lado sus quehaceres cotidianos para liderar las ollas comunitarias preparadas por estos días en el puente El Tizón, ubicado en inmediaciones de la Universidad Surcolombiana (Usco); escenario donde día a día convergen decenas de manifestantes para recargan fuerzas y continuar en la lucha, en el marco del paro nacional.
Este lugar se ha convertido en el espacio más representativo de la resistencia social en Neiva; allí, los coloridos grafitis y los actos artísticos que han tomado mayor fuerza por estos días, demuestran el sentir de miles de jóvenes y adultos neivanos que apoyan las protestas que empezaron hace 10 días.
Como Erika, el impulso para esta neivana, estudiante de literatura y trabajadora independiente, es su hija Laura, una joven de 18 años que estudia Licenciatura en Artes en la Universidad Surcolombiana. Para esta madre “las protestas deben trascender, y el apoyo de los adultos es vital en la lucha que lideran los jóvenes”.
Olla comunitaria
Para esta madre neivana y cada una de las mujeres que le ayudan durante la preparación de las ollas comunitarias, como su hija, los alimentos son empleados como un elemento de cohesión y movilización social, por lo cual, las ollas comunitarias que empezaron hace una semana en este sector de la ciudad, son para todas las personas que se acerquen allí.
Cada día se preparan por lo general dos comidas, principalmente sancochos y sopas, y los principales comensales son los manifestantes que completan una semana bloqueando de manera intermitente la salida hacia Bogotá. Pero también llegan allí, los jóvenes que durante estos días de paro participan de diferentes actividades, como marchas, plantones y actos culturales.
“Las ollas comunitarias empezaron el domingo pasado, eran varias, pero luego nos unimos y seguimos con una donde todos aportamos. El primer día el apoyo de la ciudad para la iniciativa fue muy poco, pero después los neivanos empezaron a acercarse y a traernos provisiones, como agua, leche, y diferentes alimentos… la gente ha sido muy solidaria”, destaca Erika.
Solidaridad social
Precisamente la solidaridad social ha sido el ‘ingrediente’ que no ha faltado por estos días en El Tizón, lo cual ha fortalecido esta iniciativa comunitaria. Cada día y desde diferentes escenarios, los neivanos se suman a apoyar el paro.
“Hoy pusimos las ollas con pura agua, publicamos en Facebook que necesitábamos alimentos, luego los vecinos y muchas personas empezaron a traer arroz, aceite, frutas… y comenzamos con la jornada. Por lo general, día a día nos traen ayudas estudiantes, profesores, personas del común y padres de familias porque saben que estamos aquí luchando por sus hijos”, expresa esta madre neivana.
Y es que Erika tiene claro por qué dejó a un lado por estos días su trabajo cotidiano como animadora de fiestas infantiles. “Estoy aquí por mi hija, apoyándola, porque la idea de participar de una olla comunitaria fue de ella. Hay que apoyar a los jóvenes, solo estando con ellos sabemos qué es lo que están haciendo, para que nadie no los tilde de vándalos… por eso estamos en la lucha”, recalca.
A su vez resalta que este escenario en el puente El Tizón, justamente, el principal punto de encuentro y el más afluente en las marchas, debe ser respetado y no estigmatizado. “El mensaje para los adultos es que apoyemos a los jóvenes, porque ellos conocen la historia mejor que nosotros y buscan un cambio. Este es un tiempo de oportunidad y de cambios donde la pandemia ha dejado ver con claridad las problemáticas sociales y las posibilidades del pueblo para entrar en un período de intensa y continuada lucha social”, expresa esta madre neivana.
Escenario artístico
Para Laura Marcela Ipuz, hija de Erika, su motivación para estar apoyando día a día en este escenario, son los jóvenes que está liderando las protestas, “porque su objetivo trasciende y buscan cambios sociales”.
Esta joven estudiante de artes, destaca que El Tizón se ha convertido es un espacio de convergencia social. “Aquí todos los días hay eventos culturales, danza, música, este es un escenario de encuentro social y la idea es que todos los entendamos”, expresa.
Justamente, en la jornada de ayer, en el décimo día de paro nacional, en este escenario tocaron diferentes colectivos. “El objetivo de hoy es mostrar un espacio de música alternativa, en este caso música electrónica, sonidos que se han desarrollado desde hace mucho tiempo en son de protesta… la idea es mostrarle a Neiva, durante las movilizaciones, un espacio donde las personas puedan alzar su voz”, destacó Leonel Duarte, vocero de un colectivo de música electrónica.