La Nación
OPINIÓN

Facultad de Ciencias de la USCO: ¿imposición, o libertad, autonomía y capacidad para decidir?

Hace poco más de un mes se inició en la Facultad de Ciencias de la USCO el proceso para elegir nuevo decano. El Consejo de Facultad conformó una terna que se envió al Consejo Superior para proceder a la elección, pero allí fue declarada no idónea, lo cual resulta extraño, por decir lo menos, pues está integrada por profesores reconocidos por su solvencia académica, además de ser docentes de larga trayectoria en la institución.

Ante el hecho los profesores de la Facultad elevaron una querella en la Secretaría General de la Universidad, pero allí les respondieron que la institución era autónoma en sus decisiones. Respuesta extraña, también por decir lo menos, si se tiene en cuenta que el Consejo de Facultad conformó y envió la terna respetando las normas establecidas para el efecto en la normatividad que rige la Institución. Los docentes han decidido entonces poner una tutela en el Consejo de Facultad y en el Consejo Superior, pues consideran insatisfactorias y anómalas la decisión del Consejo Superior y la respuesta de la Secretaría General.

Según me han informado los profesores todo esto obedece a razones politiqueras dirigidas a perpetuar al decano actual, quien lleva seis años en el ejercicio del cargo, por encima de la voluntad de los docentes y los estudiantes de la Facultad que conformaron la terna, en la cual no iba el nombre del actual decano.

A partir de lo hasta aquí escrito expreso las siguientes reflexiones:

1. La situación descrita atenta contra la libertad y la autonomíade los profesores y estudiantes de la Facultad, quienes en su calidad de seres humanos y de personas ilustradas  están en su derecho y capacidad de tomar libremente sus decisiones.  

En su Discurso sobre la dignidad del hombre (1486) Giovanni Pico della Mirandola, el intelectual más erudito del Renacimiento, defendió la libertad del hombre como la cualidad que lo distingue entre todos los seres de la naturaleza. Utilizando el recurso literario de hacer hablar a Dios, escribe en estos términos:

“Te he puesto en el centro del mundo para que más cómodamente observes cuanto en él existe. No te he hecho ni celeste ni terreno, ni mortal ni inmortal, con el fin de que tú, como árbitro y soberano artífice de ti mismo, te informases y plasmases en la obra que prefirieses. Podrás degenerar en los seres inferiores que son las bestias, podrás regenerarte, según tu ánimo, en las realidades superiores que son divinas…¡Oh suma libertad de Dios padre, oh suma libertad del hombre al cual le ha sido concedido el obtener lo que desee, ser lo que quiera!”

2. La libertad es el soporte básico de la autonomía o capacidad de pensar por sí mismo, del saber ponerse en el lugar del otro y de actuar en concordancia con lo que se piensa, de acuerdo con Inmanuel Kant en su Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración? escrita en 1784. Allí escribe Kant: “La Ilustración es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad. La minoría de edad significa la incapacidad de servirse de su propio entendimiento, sin la guía de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no reside en la carencia de entendimiento, sino en la falta de decisión y valor para servirse por sí mismo de él sin la guía de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! He aquí el lema de la Ilustración.”

La libertad y la autonomía son entonces la base para que los seres humanos tomemos decisiones en un régimen inspirado en la democracia.

3. Los profesores y estudiantes de la Facultad de Ciencias de la USCO  en ejercicio de su libertad y de su autonomía o capacidad de pensar por sí mismos decidieron conformar una terna para elegir nuevo decano. Todas las instancias universitarias deben respetar esa decisión, máxime que se ajusta a la normatividad que rige a la USCO. Pero todo indica que algunos integrantes del Consejo Superior y la Secretaría General de la institución olvidan o ignoran que la educación se dirige sobre todo a formar ciudadanos libres, autónomos y con capacidad para decidir. Parece que frente a esto tiene más valor la trapisonda politiquera, hermana gemela de la corrupción. Nada extraño en un país donde desde la presidencia de la Corte Constitucional se agencian estas prácticas despreciables.