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Fue lo mejor…Por Piter Bonilla Díaz

Lo mejor que sucedió con el esperpento de la Reforma a la Justicia, fue la abrupta caída de la máscara utilizada, desde Pilatos para abajo, pasando por sus ministros del Interior, Federico Rengifo Lo mejor que sucedió con el esperpento de la Reforma a la Justicia, fue la abrupta caída de la máscara utilizada, desde Pilatos para abajo, pasando por sus ministros del Interior, Federico Rengifo; de Vivienda, Germán Vargas; de Justicia, Juan Carlos Esguerra – éste especialmente – y los presidentes del Senado, Juan Patente de Corso y de la Cámara, Simoncito “El Bobito”, sobre todo con su doble connotación de flamante director del Partido Liberal. Lo curioso es que el Jefe del Estado en el momento en que conoció la súbita reacción del pueblo colombiano para protestar airadamente contra semejante adefesio, apareció por la televisión para lavarse las manos y culparse de todo como para reconocer con alarde de “grandeza” el gorilón que se engendro en la mismita Casa de Nariño, comedia que nadie se la cree. Y escribo que fue lo mejor que le ocurrió al país, porque los inspiradores de tan necesaria Reforma saben que esta vez la nueva tienen que plantearla, estudiarla e introducirla en la Carta Magna de cara a la nación de manera fácilmente entendible y con todas las de la ley. Y no se vuelva a presentar, por ejemplo, la “embarrada” por no decir otra palabra, del fiscal General, Eduardo Montealegre, con el caso del exdiputado Sigífredo López, que después de difundidos los resultados que adelantó el FBI, sobre la “prueba reina”, que prácticamente favoreció al imputado, en lugar de reconocer su metida de patas hasta el pescuezo, le dictó detención domiciliaria para no aceptar su protagónico exabrupto. Salvo contadísimas excepciones de miembros del Poder Judicial, la justicia es un peligro para la gente de bien y sin dinero, y una salvación para criminales y corruptos. Que tal que mientras los violadores de niños y mujeres pagan penas cortas y en muchos casos domiciliarias , a otros   como el ladronzuelo que por calmar el hambre robó algunos cubos de caldo de gallina, le ordenaron prisión por seis años, a comparación con los que han atracado al Estado en repetidas ocasiones con crecidas sumas de dinero, sin que para estos caiga el severo peso de la justicia,  porque saben que sobornando con plata mal habida, pueden recuperarla a través de la contratación una vez vuelvan a ejercer cargos ejecutivos. Y POR ULTIMO: Los parlamentarios durante la convocatoria para hundir la famosa Reforma Judicial, afirmaron que los Partidos que conforman la Unidad Nacional, por intermedio del Congreso, tienen que apoyar sin discusión, a ciegas, y sin ninguna retribución para las regiones, todo lo que provenga del Gobierno. ¡Y el traidor Pilatos, que quiere quedar bien con todos, sigue lavándose las manos…!