Por: René Jiménez Cobos
La Biblia en el libro de Eclesiastés 11:9 le da un consejo a los jóvenes. Dice: “¡la juventud es hermosa! Disfruten de cada momento de ella. Hagan todo lo que quieran hacer, ¡no se pierdan nada! Pero recuerden que tendrán que rendirle cuentas a Dios de cada cosa que hagan”.
El tema es que la vida es como una gran fiesta y algunos sienten que nunca les llego la invitación. Yo pregunto: cuántos sienten que están más cerca de sus sueños. Si alguien responde YO, eso significa que ha valido la pena el cansancio, el esfuerzo, cada tiempo que pasa, y cuando observes a tu alrededor puedas decir, me he acercado a mis metas, he logrado la victoria a pesar de las batallas; si me canse, pero en el camino vencí. Lo he logrado y seguiré hasta el final.
Lo peor que le puede pasar a una persona es que diga que no tiene sueños. Si alguien me pregunta ¿cómo ve usted la juventud actual? Respondería: En un 70% u 80% la veo sin rumbo, tienen muchos distractores, y considero que si las personas no tienen claro hacia dónde van, cualquier camino le queda bien y eso es lamentable, y aún más en un momento en donde hay tantas cosas importantes para hacer en pro de los demás.
Todo barco tiene un timón que lo dirige, de lo contrario estaría a la deriva, muchos jóvenes están como un barco sin timón, aún no saben para donde van.
Te quiero recordar que naciste para un propósito, eres un ser especial, tus padres fueron elegidos para que hoy estés en este mundo.
Ahora independientemente de quienes fueron ellos o que tal vez te hubieran abandonado, posiblemente no fueron los mejores padres, no respondieron a las expectativas que tenías como hijo. Quiero decirte que ellos poseían el ADN que tu necesitabas para nacer. Tú no naciste para plantar un árbol, tener un hijo y morir, como quizás nos enseñaron, quiero recordarte que hay un Dios que está muy interesado en que no pases desapercibido por este mundo. Él tiene un plan más grande para nosotros.
Dios te dice que lo busques en la intimidad, si lo haces, Dios te recompensara en público. Él dice que todo lo que hagas prosperará, que tiene lo mejor para ti, y que serás bendecido en todas las áreas de tu vida.
Solo cree, porque si Dios lo dice y yo lo creo, Dios lo hará.