María Consuelo Plazas Serrato
Con ocasión de la crisis sociopolítica y económica por la que atraviesa el pueblo venezolano, diversos medios de comunicación han destacado el anuncio formulado por Tarik Jasarevic, portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al poner de relieve que “aumentó las cifras de fallecidos en Venezuela, debido a la dramática crisis que atraviesa el sector de salud público del país, ante la falta de medicamentos, insumos y personal médico para atender las emergencias y epidemias”.
Para nadie resulta comprensible por qué a pesar de la hecatombe humanitaria que padece Venezuela, Nicolás Maduro se empeña en su negativa de impedir el ingreso de la ayuda médica y alimentaria pretextando que su país no enfrenta crisis alguna y que por tanto “Venezuela no va permitir el show de la ayuda humanitaria falsa porque no somos mendigos de nadie”, anteponiendo la vida de sus connacionales antes que llegar a aceptar el tan publicitado apoyo solidario.
Es tal la obstinación que su vicepresidenta Delcy Rodríguez, dio a conocer ante los medios de comunicación que “ante el anuncio del gobierno de Curazao de servir de centro de acopio para una supuesta ayuda humanitaria forzada hacia Venezuela, hemos decidido tomar la decisión de suspender todo tipo de vuelo privado, comercial y de tráfico de embarcaciones entre Venezuela y las islas de Aruba, Curazao y Bonaire. En ese sentido quedan cerradas nuestras fronteras hacia esas tres islas”.
Ante esta deplorable realidad comparto plenamente la postura asumida por el embajador Francisco Santos al expresarle a un medio de comunicación radial que en Venezuela la gente muere de hambre. Explica que “se está muriendo porque no tiene los medicamentos básicos para poder salvar su vida. Allá lo que hay es una tragedia humanitaria que Colombia jamás ha tenido y que el continente está viviendo por primera vez”. Seguidamente manifiesta su indignación y condena las acciones adoptadas, toda vez que “aquí lo que hay es una especie de genocidio que está cometiendo maduro y todos sus aliados en contra del pueblo venezolano”.
Como se puede advertir la situación política de Venezuela día a día se torna más preocupante y riesgosa. Veremos qué pasa mañana sábado con las toneladas de ayuda humanitaria que se hallan represadas desde hace varios días en Cúcuta. Dios permita que triunfe la racionalidad. ¡Amanecerá y veremos…!