La Nación
EDITORIAL

Huila cumplió

Solo faltaron cinco minutos para que el Atlético Huila regresara a una final del fútbol colombiano, como ocurrió  en el 2007 cuando enfrentó a Atlético Nacional bajo el mando del técnico Néstor Otero o en el 2009 cuando se coronó subcampeón.

Cuando el conjunto opita estaba prácticamente clasificado, apareció Santa Fe y venció al equipo verdolaga por la mínima diferencia. Santa Fe consiguió la clasificación sufriendo  

Ese gol inesperado convertido por Santa Fe, el equipo que tenía la primera opción de acompañar al Medellín en la gran final, le agüó la fiesta y le opacó sus sueños.

Desde primeros minutos el Huila incursionó con fuerza en la zona de José Cuadrado. En dos minutos tomaron el control por costado oriental y asumieron el riesgo. Pero no le alcanzó la superioridad demostrada en el campo de batalla. Y más cuando la disputa final dependía de un punto invisible de un tercero.

“Hicimos lo que teníamos que hacer que era ganar- le dijo ‘Pecoso’ a LA NACIÓN-. Desafortunadamente dependíamos de otros resultados. Cuando uno tiene que depender de los demás no hay la seguridad, no hay la tranquilidad, no hay absolutamente nada”. expresó con mucha razón.

Atlético Huila dominó con gallardía en el estadio Palogrande. El onceno opita hizo la tarea con altura y luchó por alcanzar la meta. Lo dio todo para volver a la final.   

El cuadro bambuquero cumplió con creces al vencer 2-1 al Once Caldas.  Así es el fútbol. No gana el que hizo el mejor esfuerzo, ni el que jugó mejor. Tampoco el que más se destacó. El fútbol es una competencia ineludible por goles.  Esa es la razón de la victoria. Nada más. Ni siquiera la resurrección cuenta. Tampoco los aciertos de toda la campaña. Admirable sí, el nuevo rol del ‘Pecoso’ Castro.

Titánica la labor del técnico. Tras la desastrosa campaña del 2012 el conjunto cambió la nómina sustancialmente. La crisis de resultados se repitió el año pasado y persistió este año. El fantasma del descenso siguió en la agenda y en el onceno en los últimos lugares.  

Cuando asumió como timonel del equipo, en una de sus peores crisis, su meta era alejarlo del descenso. El cuadro opita no sólo logró mantener la categoría. La exitosa campaña lo llevó a cuadrangulares y nos puso a soñar nuevamente con la final.

En cuatro meses logró resucitar al equipo e imprimirle una nueva dinámica. Desde agosto, cuando asumió el mando, restableció la confianza en el equipo y recuperó la credibilidad. El viraje significó un renacimiento, un nuevo aire.

Sin duda,  el ‘Pecoso’ Castro revivió esa pasión y le puso el corazón. Hoy deberá definirse su continuidad en el equipo, conquistada con sudor desde que asumió el mando.
El estratega debe quedarse. Necesita seguir al frente del onceno para preparar desde ya y liderar la nueva campaña. El técnico se ganó su permanencia y está llamado a seguir buscando la primera estrella.

“El técnico se ganó su permanencia y está llamado a seguir buscando la primera estrella”.

Editorialito

Pese a las restricciones, la venta y quema de pólvora por parte de menores sigue sin control. El uso de artefactos explosivos sigue animando las fiestas y el consumo de licor.  ¿Y los controles?