La Nación
Conveniente transformación 1 15 mayo, 2024
COLUMNISTAS

Conveniente transformación

Describamos de manera general la lógica financiera del sistema de salud colombiano, el cual es de seguros sociales. El Gobierno Nacional define la prima que se paga por cada ciudadano (unidad de pago por capitación o UPC) y el plan de beneficios en salud (PBS). Las EPS asumen el riesgo en salud y, por ende, el financiero, para hacerlo controlan el gasto. Si sobra dinero es para dichas entidades, si pierden responden con su patrimonio.

 

Ahora se propone que las EPS se conviertan en una curiosa figura denominada gestoras de salud y vida, en la cual gestionan el riesgo, pero no lo asumen; las demás funciones quedan prácticamente intactas. Por hacerlo, recibirían un 5% del valor de las UPC y eventualmente un porcentaje adicional según resultados.

 

En caso de que el gasto sea mayor que las UPC recibidas, es decir que haya pérdida, lo asume el Estado. En tal condición, con la nueva figura ganan un porcentaje por lo que saben hacer y gestionan el riesgo, se insiste, sin asumirlo, porque lo haría el Estado.

 

En otras palabras, es como si le dijeran al dueño de cualquier negocio que el Gobierno le paga un porcentaje, según cumplimiento de unos indicadores, por lo que ha hecho durante años. Si pierde, papá Gobierno paga, si le sobra dinero, lo cual en salud es poco probable, esa utilidad es del Gobierno.

 

Difícilmente alguien rechazaría un negocio así, por consiguiente, no es ninguna hazaña del Gobierno actual que seis EPS, hayan aceptado convertirse en gestoras de salud y vida, finalmente eso buscaban, obtener un ingreso fijo que se convierta en utilidad sin arriesgar mayor cosa. Pero hay más, el esquema propuesto es similar al que están cambiando para el magisterio, con la diferencia abismal que en dicho esquema hay UPC, o sea que el riesgo lo asumen quienes tienen el contrato, no el Estado.

 

Lo incoherente es que no ha funcionado para algo más de 800.000 maestros y sus familias, pero se pretenda implementar para 50 millones de colombianos y con el Gobierno asumiendo el riesgo.

 

Algunos ingenuos, incluidos los obsecuentes seguidores del Gobierno, creerán que de esta manera se acaba la corrupción, desconociendo la conveniencia del cambio para aquellos fulanos cercanos al Gobierno, que con sus uñas bien largas están ansiosos por echarse al bolsillo la plata de la salud de los colombianos.

 

Se requiere no conocer el funcionamiento del sistema de salud para creer que las EPS están dispuestas a convertirse en gestoras de salud y vida por la presión del Gobierno, cuando realmente son las principales beneficiarias de la propuesta.