La Nación
EDITORIAL

Increíble escape

En momentos en que se preparaba la acusación por la masacre de los cuatro menores en una  vereda en Florencia (Caquetá) el confeso asesino Cristopher Chávez Cuéllar ‘El Desalmado’ se fugó de la cárcel Las Heliconias donde se encontraba recluido con los demás cómplices. Increíble.

La escalofriante noticia sorprendió ayer al país, tanto como el horrible crimen de los  hermanos Vanegas Grimaldo ocurridos el 5 de febrero pasado en la vereda El Cóndor.
Si la masacre provocó estupor, la fuga se su principal perpetrador, generó indignación.

El ‘Desalmado’, un peligroso delincuente con graves antecedentes por homicidio, se fugó del penal Las Heliconias sin que nadie se percatara del propósito criminal.
Según la versión de los custodios, Chávez Cuéllar escapó por los muros del penal, cortó los cables eléctricos sin ser advertido y salió de la con total tranquilidad, en la madruga del domingo. ¡Pura ficción!

Y para rematar el cuentazo: Los ‘diligentes’ guardianes solo se percataron de su desaparición solamente a la hora del conteo.

Parece una película para ocultar la fuga de un preso de alta peligrosidad.

Con seguridad, ellos también, hacen cola en la “sala de espera”, para seguirle los pasos, cuando se presente la primera oportunidad. Y de raro no tiene nada.  Así actúan los delincuentes y sus cómplices. Así se mueven las mafias que mandan internamente en las cárceles del país. El dinero manda en los patios de todas las prisiones.

Nadie explica cómo el desalmado criminal logró burlar al personal de guardia, en una cárcel de mediana seguridad, dotada con todos los sistemas de alerta. Pero además, que deambule con las herramientas a la madrugada, sin que nadie lo note. Que salga de las celdas, que escale los muros, rompa las alambradas y recorra las amplias instalaciones sin que nadie lo advierta. ¡Imposible!

El país espera que con la misma diligencia con que actuó el ‘Bloque de búsqueda’ para la captura de los implicados, se proceda ahora para la recaptura.

No es posible que de una cárcel moderna, dotada con los elementos arquitectónicos y electrónicos para garantizar condiciones ambientales y de seguridad a los internos, un peligroso asesino escape, tranquilamente, sin que nadie pueda evitarlo.

Con seguridad, alguien más sabía. La fuga no fue solitaria. Una red interna participó y facilitó el escape. El reto de las autoridades es encontrar a los culpables.
Más que la recompensa ofrecida para facilitar la recaptura, las autoridades deben agotar todos los esfuerzos, medios y recursos técnicos y humanos para encontrar y sancionar a quienes facilitaron la fuga.

 
“Si la masacre provocó estupor, la fuga se su principal perpetrador, generó indignación”.

 
EDITORIALITO

Comienza la Semana Mayor, una de las celebraciones emblemáticas de la Iglesia Católica. También uno de los más largos recesos laborales del país. Vivamos las tradiciones en paz.