La Nación
¡Irrepetible! 1 4 mayo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

¡Irrepetible!

Piter Bonilla Díaz
Promediaba la década de los años setentas cuando compartí la Dirección del otrora Noticiero Colosal, de la potente radio del mismo nombre, con los colegas Pedro Supelano Rivero y Fabio Echeverry Campuzano, cuando vi por primera vez a Edgar Artunduaga Sánchez. Estaba yo parado en la esquina de la carrera quinta con calle sexta de Neiva, a pocos metros de la emisora, cuando observé que venía de sur a norte un muchachón delgado, alto, de modestos bluyines, más arriba de los tobillos, llamados “pasa charcos” y unos zapatos tenis medio viejones, para luego observarlo entrar a las instalaciones de la Voz del Huila, que también quedaba a la misma distancia, pero por la carrera quinta.
Un día recibí una llamada telefónica suya. Me saludó cordialmente y, claro, informado de que yo laboraba en la radio, me sugirió que desde ese momento intercambiaramos informaciones, ante el hecho de estar él redactando las noticias que cada hora difundía ese medio caracterizado por ser ante todo musical. Me sorprendió la forma como inició su propuesta con una noticia perfectamente redactada. De inmediato pensé, éste amigo va pa´largo.
Sobra destacar lo que ya se ha dicho sobre su enorme dimensión personal y de periodista. Puso siempre en relevancia el valor, no solo para denunciar los actos de corrupción y con nombre propio a sus protagonistas, sino para condenar con señalamientos que solo se pueden hacer cuando se tiene la prueba. “Ladrón(a), pícaro(a), saqueador(a), bribón(a)”, fueron sus más recurrentes epítetos para sentenciar a quien era objeto de sus severos cuestionamientos. Confieso que cada vez que lo leía y escuchaba con esos términos me daba doble susto: Por lo denunciado y ante el valor, carácter, contundencia y temeridad como lo hacía. Por eso sus “víctimas” y los que no lo alcanzaron a ser, deben estar celebrando su partida, que yo llamaría hacia el cielo… La de un hombre, sin ninguna hipérbole, IRREPETIBLE.
DATO CURIOSO: Con la muerte de Artunduaga otros tres periodistas han fallecido de igual manera: Echeverry, Supelano y Roberto Tamayo Carvajal. El primero y los dos últimos en sus casas. Fabio en mi vehículo cuando lo conducía a la clínica del entonces Seguro Social. Llegó sin vida. Yo estuve al borde de uno hace tres años. Un electrocardiograma oportuno dio la alarma. De ahí el cateterismo de que fui objeto. Y gracias a Dios todavía hecho el cuento.