La Secretaría de Salud de Neiva decidió decretar en la ciudad la alerta epidemiológica por un brote de leishmaniasis, que ya deja un bebé de apenas cuatro meses de edad muerto y otros tres más enfermos. Lomas de San Pedro, un sector de escasos recursos económicos ubicado en la Comuna Nueve, en el norte de la ciudad, es el foco de la enfermedad, que además, ha afectado a un número considerable de perros, algunos de los cuales serán necesariamente sacrificados. El viernes pasado, funcionarios de la secretaría de salud municipal visitaron el sector y adelantaron todo un plan de prevención y toma de muestras en busca de controlar el brote de leishmaniasis. Según el secretario de Salud de Neiva, Faiver Segura Ochoa, “hay una población canina callejera abundante, los cuales han salido en más del 50% positivos para las pruebas del parásito de leishmaniasis”. El funcionario anunció además visitas a otros barrios y comunas de la capital del Huila.
Sobre este tema, hay que dejar algunas cosas claras, como por ejemplo, que la leishmaniasis -enfermedad caracterizada por úlceras cutáneas- no es transmitida por los perros sino por un mosquito. Otra claridad: la leishmaniasis no tiene vacuna. La única forma de prevenirla es mantener un ambiente de limpieza y hacer uso de mosquiteros y de repelentes principalmente en niños.
Sin embargo, en medio de toda esta alerta por leishmaniasis en Neiva, vale la pena preguntar si la muerte del bebé de cuatro meses se pudo prevenir. Hay una denuncia del concejal Dolcey Andrade, quien vive en la comuna 9, en el sentido que desde hace cuatro meses la comunidad de Lomas de San Pedro se venía quejando por la propagación de la enfermedad en caninos. ¿Qué pasó entonces? Las autoridades de salud municipales y departamentales tienen la palabra.
“Sobre este tema, hay que dejar algunas cosas claras, como por ejemplo, que la leishmaniasis -enfermedad caracterizada por úlceras cutáneas- no es transmitida por los perros sino por un mosquito”.
EDITORIALITO:
El anuncio de un recorte nacional de recursos hace pensar que el 2018 será un año difícil para las regiones a la hora de garantizar la financiación de la alimentación escolar.