La Nación
La crisis del agua 1 29 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

La crisis del agua

En el mundo la variabilidad climática se acentúa cada día más, altas temperaturas, alargamiento de los periodos de sequía intercalados con épocas de torrenciales lluvias hacen parte de lo que estamos enfrentando hoy en día. El incremento en la temperatura hace especialmente vulnerable a países como el nuestro. Los fenómenos del Niño y la Niña son una realidad con lo que tendremos que vivir, por ello la importancia de la resiliencia, esa capacidad de adaptarnos al cambio climático.

Parece mentiras que hoy en día Bogotá esté viviendo una crisis de escases de agua por la caída en los niveles de los embalses que la abastecen y la falta de planificación a la hora de garantizar la ampliación de las fuentes a pesar del crecimiento poblacional vivido en los últimos años.

En el Huila, en donde la principal actividad económica es el agro, el fenómeno del Niño genera pérdidas al sector cafetero que actualmente enfrenta una dura crisis por ello, sumado a los bajos precios del café. La ganadería y la piscicultura se ven amenazadas por la extensa sequía y los bajos niveles en Betania y el Quimbo.

Duro panorama el que se ve venir, por ello es fundamental el ordenamiento territorial en torno al agua, planear el crecimiento y desarrollo teniendo en cuenta esta realidad climática que se está viviendo.

Alcaldes y gobernadores deben priorizar estos temas de adaptabilidad a los fenómenos climáticos, sus planes de desarrollo que actualmente están siendo presentados ante las corporaciones locales como concejos y asambleas, y que esperan ser aprobados, serán la carta de navegación para los próximos cuatro años. Ellos no deben obviar la importancia del tema climático y la adaptabilidad, puesto que sus acciones afectan el crecimiento económico y la vida de sus habitantes.

Planear especialmente el ordenamiento territorial basado en el cuidados de las fuentes de abastecimiento de agua para los próximos años es prioritario; el cuidado de las cuencas y microcuencas de los ríos y fuentes de agua requieren capítulos claros de planificación; la delimitación de la frontera agrícola, hoy amenazada por el crecimiento de la deforestación en bosques de montaña y proximidades de los páramos requiere de instrumentos como la actualización de catastro y planes de ordenamiento territorial, la mayoría en el Huila desactualizados.

La tarea es ardua, pero los signos que hoy envía la naturaleza no se pueden obviar, el costo que se paga en el largo plazo es alto, y las soluciones parten de lo local. No esperemos que sea tarde, los holandeses nos han enseñado lo importante de la planificación del territorio en torno al agua, más de la mitad de su población vive por debajo del nivel del mar en un país en donde el agua se convierte en la principal amenaza a la subsistencia. Ellos hace años lo aprendieron y todos los días lo tienen en cuenta a la hora de planificar el desarrollo.

Debemos aprender de todas estas experiencias exitosas, sin populismos baratos de algunos que se dicen ser ambientalistas, pero que solo buscan incautos para obtener réditos políticos, olvidando la ciencia y lo aprendido hasta ahora.