La Nación
COLUMNISTAS

¿La OEA sirve para algo?

Desafortunadamente debemos volver a señalar el vacío existente en las Américas de organismos de integración que contribuyan no sólo a mantener las buenas relaciones entre países, sino igualmente a crear escenarios para ayudar a la solución de crisis en el interior de los países, cuando estas se hacen evidentes.

Afortunadamente la región americana ha sido la de menores conflictos interestatales en su historia y ojalá continúe así.

El caso venezolano actual es evidentemente el de una sociedad altamente polarizada, casi por mitad de su población, lo cual hace difícil la búsqueda de salidas de diálogo y acuerdos; no es tan sencillo como predican algunos dirigentes de la oposición que se les apoye por los gobiernos, porque no solo se estaría apoyando solo a una parte de la población, sino porque los gobiernos mantienen relaciones diplomáticas formales entre sí y no se puede de buenas a primeras entrar a intervenir en asuntos internos. Allí pueden y deberían jugar un rol importante los organismos multilaterales como sería el caso de la OEA, que ahora ha sido, desafortunadamente, muy poco activa, casi inoperante, probablemente por su vieja historia de organismo dependiente de los intereses de la superpotencia global.

La Unasur, a través de sus cancilleres, ha empezado a jugar un rol que podría ser promisorio en la búsqueda de salidas, teniendo en cuenta que siempre en este tipo de conflictos hay posiciones moderadas y extremas en ambos campos. En el de la oposición hay un sector de dirigentes, probablemente minoritarios pero más ruidosos, que plantea salidas de confrontación total. Por otro lado hay dirigentes de la oposición, los de mayor reconocimiento, que consideran que la salida debe darse en el escenario democrático de las elecciones. En el campo del gobierno seguramente encontramos algo similar, un sector duro que considera que se debe agudizar la represión a los opositores sin ningún tipo de miramiento -sector con el cual es difícil construir salidas de acuerdo- y otro sector más propenso al diálogo con la oposición y a encontrar fórmulas de convivencia en el presente y de dirimir las opiniones en el futuro inmediato.

Esperemos que la Unasur pueda, en esta crisis que viven nuestros vecinos venezolanos, ser capaz de mostrar que es un organismo que tiene una utilidad real para los países y las sociedades. Porque el futuro de Venezuela lo necesita y para nosotros es fundamental contar con un vecindario con sociedades y gobiernos, con diferencias normales pero con instituciones y mecanismos para resolverlas periódicamente de manera pacífica.