RICARDO AREIZA
unidadinvestigativa@lanacion.com.co
Manteniendo en alto su legado, el Huila rendirá hoy un cálido tributo al sacrificado ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, asesinado el 30 de abril de 1984, por el Cartel de Medellín, en una alianza con políticos y agentes del Estado.
Curiosamente, los 35 años del brutal asesinato se conmemoran en medio de un debate sobre la extradición, que le costó la vida. Lara Bonilla se jugó la vida luchando solo contra la mafia. Y perdió.
Los capos del Cartel de Medellín no le perdonaron su coraje y decidieron eliminarlo. El crimen, ordenado por Pablo Escobar fue perpetrado, según la nueva teoría, por sus propios guardaespaldas, en complot con políticos y agentes del Estado. Los avances por esclarecer esta supuesta conspiración son tan lentos como la impunidad. Después de 35 años, el crimen sigue sin castigo.
Sólo una persona ha sido condenada por el magnicidio. Uno de los sicarios, el único capturado el mismo día del atentado, quedó libre luego de purgar una pena cercana a los once años. Nadie más.
Por la misma causa cayeron asesinados Luis Carlos Galán, Guillermo Cano, Bernardo Jaramillo, Carlos Pizarro, numerosos jueces como Manuel Castro Gil que procesó a Pablo Escobar y valerosos policías como los coroneles Jaime Ramírez y Valdemar Franklin Quintero. También cayeron el procurador Carlos Mauro Hoyos, el ex ministro Enrique Low Murtra, decenas de periodistas y abnegados servidores de la justicia.
La extradición, resucitada en Neiva durante su concurrido sepelio, sigue hoy alimentando el drama nacional, promovido además, por los carteles de la corrupción que también denunció de frente.
Aunque no logró detener su auge desmedido, por lo menos en sus cortos nueve meses en el Ministerio de Justicia pudo develar los rostros de muchos protagonistas que aún permanecen intactos atizando las desgracias del país.
Solo ese día, cuando Lara Bonilla era sepultado en su tierra natal, en medio de una indignación nacional, Colombia entendió que su discurso encendido cobraba plena vigencia.
“No deja de llamar la atención que hoy, después de tanta sangre innecesariamente derramada, las objeciones a la JEP hayan puesto de nuevo a la extradición en el centro del debate nacional”, expresó el ex ministro Alfonso Gómez Méndez, en un ensayo publicado en la revista Semana.
Cinco años atrás, ocupando el mismo cargo, Gómez Méndez, lanzó la misma certidumbre: Si la mafia no lo hubiera matado, Rodrigo Lara Bonilla, con seguridad, habría sido Presidente”. “Si Rodrigo Lara nos estuviera acompañando- recordó- estuviese enarbolando la bandera de la paz. El destino de Colombia no puede ser el destino de la violencia”.
La programación
La programación iniciará con el descubrimiento oficial de un busto, donado por Naciones Unidas, e instalado en la Plaza de Banderas, donde se hará la ofrenda floral.
El busto fue esculpido en resina de poliéster y fibra de vidrio por los artistas Héctor y Leonardo Gómez. Luego se oficiará una ceremonia religiosa en el mismo lugar.
Los actos protocolarios están programados a partir de las diez de la mañana en el Salón de Gobernadores, donde se hará la imposición de la ‘Orden Rodrigo Lara Bonilla’.
Este año recibirán la distinción la Brigada de Ingenieros de Desminado Humanitario y el filósofo huilense José Napoleón Villarreal Sánchez recibirán este año la ‘Orden Rodrigo Lara Bonilla’, creada hace 35 años para para preservar la memoria histórica del asesinado Ministro de Justicia, sacrificado por la mafia el 30 de abril de 1984.
La institución castrense, activada el 6 de agosto de 2016 es encargada de la erradicación de minas antipersona, municiones sin explotar y artefactos explosivos improvisados colocados durante el conflicto armado.
El reconocimiento se le impondrá a también a la bandera de la Novena Brigada por la misma labor que adelanta con el Batallón de Desminado Humanitario No. 5 “Capitán Luis Eduardo Mejía Salcedo”, en los municipios del Huila y Putumayo.
La presea fue conferida igualmente al psicólogo y filósofo José Napoleón Villarreal Sánchez, experto en la prevención de consumo de sustancias psicoativas y farmacodependencia.
El profesional opita, nació en Colombia (Huila) aunque aparece registrado en El Guamo (Tolima). Es un consagrado académico e investigador, docente de varias universidades y asesor en políticas de prevención de la farmacodependencia.
Villarreal Sánchez ostenta dos títulos en pregrado en filosofía pura (1975) y Psicología (1980) obtenidos la Universidad Católica. Además, registra un Doctorado en ciencias sociales niñez y juventud otorgado por el Centros de Estudios Avanzados en niñez y juventud (Cinde) U. Manizales y es Magíster en Psicología Comunitaria.
Otros condecorados
El año pasado recibieron la condecoración los magistrados huilenses Raúl Eduardo Sánchez y Jesús Ángel Bobadilla Moreno, miembros de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) y el sargento segundo Melvin Manuel Peña Herrera, comandante del grupo antinarcóticos del Batallón 27 de Infantería Magdalena con sede en Pitalito.
En el 2017 recibieron la distinción, el magistrado huilense, Eyder Patiño Cabrera, actual presidente de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia; el suboficial, José Vladimir Borja, comandante de la compañía antinarcóticos del Batallón Magdalena y el Banco Diocesano de Alimentos.
En el 2016, recibieron la distinguida presea, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), dedicada a la promoción de la seguridad y justicia en la lucha contra la delincuencia trasnacional, el narcotráfico y el terrorismo. Las Madres de Soacha, el soldado profesional, Reynaldo Ceballes Artunduaga, uno de los expertos antiexplosivos, dedicado a descubrir y desmantelar minas antipersonas especialmente en zonas de conflicto.
En el 2015 la distinción la recibió el ex alcalde de Bogotá, el académico Antanas Mockus por sus proyectos de cultura ciudadana y el periodista Daniel Coronell. Además, el Hogar Sagrada Familia de Neiva.
La ‘Orden Rodrigo Lara Bonilla’ fue creada por la Asamblea del Huila el 28 de diciembre de 1984 por iniciativa del gobernador Antonio José Villegas Trujillo. La condecoración fue institucionalizada mediante Decreto 1102 de 1984 para preservar la memoria del ilustre huilense desaparecido.
La distinción se otorga anualmente a personas naturales o jurídicas, nacionales o internacionales cuyas acciones estén orientadas “a la correcta aplicación de la justicia, especialmente en la lucha contra el narcotráfico, la rehabilitación de los narco-dependientes o que hayan contribuido positivamente a la búsqueda y consolidación de la paz pública”.
El primero en recibirla fue el ex ministro de Justicia, Enrique Parejo González, víctima de un atentado criminal en Budapest, siendo Embajador en Hungría.
Parejo, fundador del Nuevo Liberalismo, sucedió a Lara en ese cargo y le correspondió autorizar las primeras extradiciones contra los capos del narcotráfico lo que originó el atentado criminal del que resultó ileso, milagrosamente. Recibió cinco impactos de pistola, el primero en la cara que le destrozó el maxilar inferior.
La medalla, fue impuesta a entidades como Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) por los programas de desarrollo alternativo; al Departamento de Justicia de los Estados Unidos, a la Corte Suprema de Justicia de Colombia, a la Corte Constitucional.
La condecoración también ha sido entregada a destacados personajes de la vida nacional y entidades e instituciones entre el ellos a los ex presidente César Gaviria, Virgilio Barco Vargas y a los ex ministros de Justicia Enrique Low Murtra y Enrique Parejo (quien la devolvió), al director de El Espectador Guillermo Cano, a familiares del coronel Valdemar Franklin Quintero, entre otros.
