Maritza Rocío López Vargas
Tener que permanecer en el mismo espacio durante el aislamiento preventivo obligatorio, puede generar tensiones y conflictos interpersonales, que de no ser atendidos a tiempo desmejoran la calidad de vida, el estado de ánimo, bienestar y salud mental de las personas. Un hecho que demuestra la importancia de lograr un buen control emocional, para superar esta etapa de tal manera, que no se resquebrajen las relaciones al interior del hogar.
Aprender a gestionar y expresar de manera adecuada el enojo, la frustración, el miedo, la ira o la impotencia de no poder hacer todo lo que se desea o se está acostumbrado hacer, facilita la interacción humana, la resolución de conflictos, evita la generación de un clima de hostilidad, el deterioro de los lazos afectivos. El respeto, la comunicación, el diálogo y la tolerancia, se convierten en piezas claves para lograrlo.
Por su parte controlar el deseo de querer tener siempre la razón, de tener que ganar y ponerle freno al ego permite escuchar al otro, empatizar con sus necesidades, no asumir actitudes que impidan interpretar el conflicto desde otro punto de vista, tener en cuenta los intereses de la otra persona, interpretar la realidad, mantener la serenidad y autocontrol en momentos difíciles.
Tomar conciencia del daño producido en los demás, afrontar las consecuencias de modo responsable frente a las decisiones tomadas, comprometerse en la formulación de propuestas positivas, acuerdos que beneficien a las partes en conflicto y promover la reflexión; permite la creación de espacios de entendimiento, reparación, reconocimiento mutuo y una convivencia humana más constructiva, con menos tensiones y conflictos que impidan disfrutar ese tiempo en familia. Tiempo que tal vez en mucho tiempo no se tendrá la posibilidad de volver a tener, lamentándose entonces del tiempo desperdiciado en cosas que realmente no valían la pena.
En tiempos de cuarentena la familia, no debe convertirse en un campo de batalla, de conflictos, ofensas, agresiones verbales ni físicas. Las diferencias presentadas al interior del núcleo familiar, no deben ser el pan de cada día. Lo único que se consigue con ello, es tener que refugiarse en terceros o desconocidos, más que con los propios familiares. Muchos se quejan de que la sociedad es violenta e injusta, que el gobierno no hace nada por mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, pero no se dan cuenta que dentro de las familias, su familia, pueden estar gestándose conflictos sobre las cuales no se ha tomado la iniciativa de resolver.