La Nación
María Alejandra Salazar Rojas, personaje del año 2 26 abril, 2024
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María Alejandra Salazar Rojas, personaje del año

La hermosa mujer en todo el sentido de la palabra, que les permitió a los huilenses este año soñar con conquistar el título del Reinado Nacional de la Belleza.

 

Los huilenses, difícilmente olvidaremos el emocionante momento de aquella noche del 11 de noviembre en Cartagena, en el que nuestra digna representante María Alejandra Salazar Rojas, tomada de las manos con María Fernanda Aristizabal, Señorita Quindío, esperaba coronarse como la mujer más bella de Colombia. De pronto, el fallo del jurado, la convirtió en la Virreina del Concurso Nacional de Belleza 2019-2020. Un instante fugaz que nos hizo estar por segunda vez, desde Cindy Lorena Hermida Aguilar en el 2012, muy cerca del título y soñar con conquistarlo.

Desde que la Corporación de Belleza del Huila finalmente decidió elegirla para que representara al Departamento en este importante certamen, muchos ya la daban como la ganadora, al ver en Alejandra, con apenas 22 años de edad, atributos excepcionales con los que sin duda realizaría un excelente papel en Cartagena.

Alegre, leal, transparente, sencilla, carismática, inteligente, tranquila, disciplinada, emprendedora, una joven que no teme demostrar quién es, son algunas de esas cualidades de nuestra Virreina.

María Alejandra nació en Neiva, aunque su corazón también le pertenece a la Capital Diocesana del Huila que es Garzón, debido a que originaria de allí es su madre, Irma Rojas Brochero, y gran parte de su vida estuvo en ese municipio. Se graduó con honores en la Institución Educativa Departamental Tierra de Promisión en el 2013, y continuó estudios de Comunicación Social y Periodismo y Licenciatura en Inglés, en la Universidad Surcolombiana.

Alejandra no viene de una cuna de oro, pero sí de una familia rica en principios y valores. De pequeña corrió por las calles de los barrios más populares del norte de la ciudad de Neiva. Vivió una infancia feliz, jugó mucho, ventaja que le daba ser la segunda de cuatro hermanos. No es ‘compinchera’, su hermana mayor con quien compartió gran parte de su niñez es su principal confidente y mejor amiga. Su adoración es su sobrina Helen, nadie la ablanda tanto el alma como ella.

“Mi familia es lo fundamental para mí, mi mamá es el motivo de ser quien soy, a ella le debo ser la mujer que conserva siempre la esencia, me ha enseñado a luchar por lo que quiero”, expresó la bella Opita en una entrevista exclusiva que tuvo el gusto de hacerle el Diario LA NACIÓN.

Son ellos los primeros en brindarle todo el apoyo a sus proyectos, incluso, dos meses antes de iniciar el Reinado, Irma dejó su trabajo como asesora de una empresa de juegos de suerte y azar, para dedicarse a acompañar a su hija a cumplir su anhelo de traerse la corona en esta 67.ª edición del Concurso más reconocido del país y de ya 85 años de existencia.

 

El primer peldaño

Hay niñas que desde muy pequeñas se preparan para ser reinas, pero curiosamente, Alejandra nunca contempló entre sus planes serlo, siquiera como una posibilidad. Eso sólo calaba en sus juegos de niña y actividades estudiantiles, como en Segundo Grado cuando representó al salón en el concurso del baile del Bambuco porque siempre le ha encantado bailar.

Pero fue en el año 2017 que se postuló al concurso de Señorita Neiva, en que una ‘chispa’ de ese mágico mundo de las reinas la tocó. Representando a Interplástica IPS, quedó entre las 5 finalistas a la corona y se ganó el corazón y admiración de propios y visitantes por su belleza íntegra. Ahí comenzó a entender que estaba hecha para dar mucho más de sí.

“Las personas empezaron a animarme de que tenía potencial, al principio no estaba tan segura de eso. Ya luego el año pasado la Corporación se comunicó conmigo y me dijeron, oye Alejandra, creemos que puedes hacer mucho en Cartagena y este es tu año. Yo les dije, me encanta la idea, pero quiero hacerlo bien hecho y siento que en un año puedo estar en mi mejor versión, y es que yo no quiero ir a participar, yo quiero ir a ganar. Entonces dije, voy a esperar un año y el otro ahí sí nos vemos, y así fue”, comenta la Virreina.

Durante ese año, Alejandra trató de fortalecer su confianza, se preparó no solo físicamente, sino en tener claro quién es, lo que quiere para su vida, y aceptó con toda responsabilidad y compromiso el reto de ser la embajadora de la mujer huilense en Cartagena.

“Es una experiencia maravillosa, motivante, es mucho más fuerte de lo que uno se imagina, pero se asimila cuando se va con la intensión de plasmar toda esa preparación, todo ese esfuerzo y sacrificio. Además las personas estaban súper ilusionadas y tenían muchísimas expectativas, habían depositado mucha fe en mí, y dije, voy a ponerlos a soñar”, dice María Alejandra.

Estaba segura que esa oportunidad le dejaría algo verdaderamente especial para su vida. “Al concurso yo fui a entregar todo, no estuve nerviosa, era impresionante la serenidad y la tranquilidad que yo tenía esa noche de elección y coronación, sentía que era el momento de demostrarle a la gente que yo les podía dar esa corona, y se me escapó de las manos. Yo creo plenamente en la voluntad de Dios, y desde el rol que Él me ponga siempre voy a desempeñar la misma labor con el corazón. Desde el momento en que quedé virreina ya estoy enfocada en lo que viene. Y fue muy lindo poder conocer la realidad de todas las mujeres que participaron, de las 22 que estábamos allá cualquiera hubiese podido ser la ganadora porque todas llegaron con ese propósito, y no es fácil, estar expuesto completamente a que te juzguen, a que te critiquen, es un trabajo integral el que hay que realizar”.

El veredicto estuvo a cargo del jurado conformado por Cibeles de Freitas, periodista panameña y directora de una oficina de relaciones públicas; Joaquín de la Guardia, economista panameño; el empresario griego Antonio Androutsos, el italiano Davide Russo diseñador, maestro de arte y escenógrafo; y el también panameño Joaquín de la Guardia, economista.

La representante de la belleza huilense deslumbró en la pasarela del Centro de Convenciones Julio César Turbay Ayala de la ciudad amurallada con sus trajes artesanal y de gala, creaciones del también huilense José Luis Roldán. “Orgullosa, que dicha es viajar como Corte real por el país y recalcar ese talento opita, estoy segura que José Luis Roldán le puso corazón, se notó el sentido de pertenencia y el amor con que selló cada traje, sin él no habría sido lo mismo porque reflejé tal lo que sentí con cada uno de ellos”, menciona Alejandra.

María Alejandra Salazar Rojas, personaje del año 8 26 abril, 2024

 

Una labor sinigual

En el poco más de un mes que lleva como Virreina nacional de la Belleza, María Alejandra ha cumplido una apretada agenda de desfiles y actividades a favor de varias fundaciones por diferentes rincones del país, demostrando profesionalismo, compromiso y humildad como fiel embajadora de la mujer huilense. “Qué bueno que las personas reconozcan justamente el trasfondo del Concurso, la gente cree que nosotras vamos de ciudad en ciudad haciendo una pasarela sin sentido, pero es muy especial el apoyo y el aporte que brinda el Concurso a fundaciones, a personas y a comunidades tan vulnerables que en verdad lo necesitan, eso es un enriquecimiento personal y para mi carrera profesional, te hace ser más humana, más compasiva, no hay nada más lindo que la capacidad de ponerse en los zapatos de los demás y entender sus situaciones, sus condiciones”, manifiesta la agraciada joven.

Ella sabe bien que su papel es trascendental, y más aún en los momentos actuales de agite por los que pasa el país. “Es complejo porque nuestra función ya sea como reina, virreina o princesa es unir, es justamente dar un destello en medio de tanta oscuridad, nosotras somos esa esperanza y ese lado bueno del país, y a pesar de que se contamine un poco la situación del país nosotras tenemos que unir, ver todo lo bueno, creo que no es ser indiferente pero sí rescatar eso bueno que hay y hacer que brille más que eso negativo que vale la pena que se reconozca”.

Por fortuna, por estos días está en su hogar en Neiva, disfrutando de las celebraciones de esta época. Sus familiares están felices, orgullosos de esta oportunidad en que la gente la reconoce como su reina. Su novio José García es de igual manera una persona fundamental en todo este proceso que vive Alejandra, él la impulsó a creer que podía llegar hasta donde está ahora y mucho más allá.

A la bella Opita la espera el reinado de Miss Internacional a realizarse en noviembre próximo en Japón, y está dichosa, segura de que esta vez no le faltará el centavo pa´l peso. Viajará con su mamá, su compañera incondicional.

Finalmente, María Alejandra, con la corona de plata que luce sobre su cabeza y la banda oficial, se despide dando un efusivo mensaje de agradecimiento a todos los huilenses que han creído en ella.

“Pienso que si no hubiera contado con el apoyo, el respaldo y la ilusión de todos los huilenses no hubiera hecho las cosas con tanto amor y no habría pisado cada escenario de la manera en que lo hice, eso me motivó muchísimo a quererles dar la corona, estoy muy agradecida por eso. Y en estas épocas de navidad y fin de año se respira paz, amor, a la gente le nace ayudar, le nace lo más humano de sí y deseo que sigan dejándose contagiar por eso durante todo el año. Esta temporada especial pásenla sobre todo en familia, mucho cuidado con los niños con el tema de la pólvora, y feliz y bienvenido 2020 que nos esperan cosas maravillosas si Dios lo permite”.