Como si resucitara después de permanecer en las tumbas de la ingratitud, la Orden Rodrigo Lara Bonilla, recuperará sus tiempos de gloria. La distinción, revive como símbolo para la preservación de la memoria histórica y la redignificación de las víctimas.
RICARDO AREIZA
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En un esfuerzo por rescatar del olvido la imagen perdida del sacrificado ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, asesinado en 1984 por la mafia, la Gobernación del Huila, resucitará la medalla que lleva su nombre, símbolo de la lucha contra el narcotráfico, la corrupción y la impunidad.
Después de permanecer en la cripta del olvido durante el mandato de Luis Enrique Dussán López, la renombrada presea recobrará su vigencia cuando se conmemoran los 40 años del magnicidio, perpetrado por el Cartel de Medellín, en alianza con políticos y agentes del Estado.
Por orden del gobernador Rodrigo Villalba Mosquera, este año, durante la luctuosa conmemoración, la honrosa distinción se impondrá de nuevo, el jueves 30 de abril, como está oficialmente establecido. Pero, además, con la trascendencia nacional de otras épocas y la relevancia que amerita la preservación de su memoria histórica, la exaltación de su legado y la redignificación de las víctimas.
El ex ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla fue asesinado a bala por sicarios del Cartel de Medellín, el 30 de abril de 1984.
El crimen, ordenado por Pablo Escobar fue perpetrado por sus propios guardaespaldas, en un complot con políticos y agentes del Estado. Simultáneamente, dos sicarios en moto, disparaban contra el automóvil en el que se transportaba Lara Bonilla. Los pistoleros pertenecían a la banda criminal ‘Los Priscos’, que migraron a los grupos paramilitares hoy ‘Clan del Golfo’.
Un alivio
Este año recibirán la Orden Rodrigo Lara Bonilla, Beatriz Helena García, la primera mujer en ascender al grado de Contralmirante en la historia de la Armada Nacional y el juez de Ejecución de Penas Jairo Fernando Fierro Cabrera.
El rescate de la medalla es un alivio para la preservación de la memoria histórica y la exaltación de su legado. El año pasado pasó sin pena ni gloria, como ocurrió durante la pasada administración.
Por cuarto año consecutivo, por pura negligencia de la administración seccional, la conmemoración pasó a segundo plano y fue aplazada como ocurrió durante la pandemia. El año pasado por el corto tiempo para organizarla y asegurar la presencia de los condecorados fue reprogramada para el 11 de agosto, fecha en que nació del ministro sacrificado.
En el 2011 no se impuso por un descuido de la Gobernación del Huila, encargada de organizarla.
Desde entonces la imposición de la presea, considerada como un símbolo mundial contra la corrupción, el narcotráfico y el crimen organizado, quedó como un epitafio en el sepulcro del olvido.
La condecoración
Por fortuna, este año, enderezó su rumbo. La medalla fue otorgada por el Consejo de la Orden, integrado por la presidenta del Tribunal Superior, Ingrid Karola Palacios; el Obispo de Neiva, monseñor, Marco Antonio Merchán; el comandante de la Novena Brigada, coronel Pedro Pablo León; Francisco García Lara y la directora jurídica Yulieth Cristina Cortés, quien funge como Canciller.
“Este año, cuando se cumplen los 40 años del magnicidio, vamos a darle toda la importancia y la grandeza de esta fecha, honrando la memoria del ministro asesinado y rescatando su legado”, afirmó la Canciller.
La programación
La programación iniciará con una ofrenda floral en el parque cementerio Jardines El Paraíso, donde reposan los restos del ex ministro.
Luego habrá una ceremonia litúrgica en la catedral La Inmaculada. Los actos protocolarios se realizarán en el Salón de Gobernadores.
Luego de los actos protocolarios, está previsto un conversatorio sobre justicia transicional moderados por el presidente de la Jurisdicción Especial para la Paz, Roberto Carlos Vidal, el magistrado Raúl Eduardo Sánchez y otros tratadistas.
Distinguidos
Este año, en un nuevo renacer, la orden Rodrigo Lara la recibirá la contralmirante Beatriz Elena García Restrepo, la primera mujer en alcanzar ese rango.
La oficial de la Armada, nació en Manizales (Caldas) pero vivió en Neiva desde los cuatro años de edad hasta 1979, cuando se graduó como bachiller del colegio Claretiano. Regresó a Neiva en 1997 con su título de abogada de la Universidad La Gran Colombia de Armenia.
Estuvo casada con el capitán de navío, Mauricio Estrada Durán; quién pereció en una misión del servicio en el 2004.
Como abogada fue asesora jurídica de la Armada y luego Juez Penal Militar y finalmente Fiscal de la Armada hasta el 2022 cuando fue llamada a curso de ascenso en el 2023, convirtiéndose en la primera contralmirante en 200 años de historia de la Armada Nacional.
La oficial es la hija menor del abogado huilense Hernán García Vanegas y Mery Restrepo de García ambos egresados de la a Universidad de Caldas. El primero fue director de la Oficina de Impuestos (hoy Dian) en Neiva y su esposa, quindiana, se desempeñó como juez de familia.
El segundo en recibir esa exaltación es el Juez de Ejecución de Penas Jairo Fernando Fierro Cabrera, con una reconocida trayectoria en la rama judicial. El funcionario ha sido juez civil municipal en Neiva y Girardot, juez penal del Circuito,
El 28 de septiembre de 2017, la Corte Suprema de Justicia lo designó como magistrado del Tribunal Superior de Bogotá en reemplazo de Luis Fernando Ramírez. Fue postulado por el Tribunal Superior en reconocimiento a su carrera judicial y los servicios prestados a la judicatura.
Tiempos de gloria
La condecoración, creada el 28 de diciembre de 1984 por la Asamblea del Huila por iniciativa del gobernador Antonio José Villegas Trujillo, se convirtió en un símbolo contra el olvido, en un vehículo patriótico para preservar su memoria histórica y rescatar su legado, aún vigente en su lucha frontal contra la corrupción, la recta impartición de justicia y la macro criminalidad.
Y se convirtió de hecho, en uno de los primeros gestos para la dignificación de las víctimas y la construcción de memoria histórica, asociada con el derecho a la verdad, la reparación simbólica y las garantías de no repetición.
La orden se otorga a personas naturales o jurídicas, nacionales o internacionales cuyas acciones estén orientadas “a la correcta aplicación de la justicia, especialmente en la lucha contra el narcotráfico, la rehabilitación de los narco-dependientes o que hayan contribuido positivamente a la búsqueda y consolidación de la paz pública”.
La medalla en sus mejores tiempos fue otorgada a entidades como Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid); el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, la Corte Suprema de Justicia de Colombia y la Corte Constitucional.
La distinción también fue conferida en sus mejores épocas a destacados personajes de la vida nacional y entidades e instituciones entre el ellos al ex presidente César Gaviria, Virgilio Barco Vargas, a los ex ministros de Justicia Enrique Low Murtra y Enrique Parejo (quien luego la devolvió); Fernando Hinestrosa Forero y Carlos Eduardo Medellín. Además, los fiscales, Alfonso Valdivieso y Alfonso Gómez Méndez;
También se impuso en forma póstuma al asesinado director de El Espectador Guillermo Cano, a familiares del coronel Valdemar Franklin Quintero y del coronel Jaime Ramírez, asesinados igualmente por sicarios del Cartel de Medellín.
Igualmente la recibieron los obispos Isaías Duarte Cancino asesinado en Cali; Luis Augusto Castro, obispo de San Vicente y presidente del Episcopado, al sacerdote Javier de Nicoló y al sacerdote Francisco de Roux.
En el 2015 la distinción la recibió el ex alcalde de Bogotá y ex candidato presidencial Antanas Mockus por sus proyectos de cultura ciudadana y el periodista Daniel Coronell. Además, el Hogar Sagrada Familia de Neiva, a destacados magistrados y operadores de justicia destacados en la lucha contra la impunidad, al batallón antiminas, entre otras instituciones destacadas en estos 40 años.
Pie
El ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, asesinado por la mafia el 30 de abril de 1984.
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La contralmirante Beatriz Helena García.