Flora Perdomo Andrade
Los resultados electorales del pasado domingo 27 de octubre, no fueron los mejores para las mujeres que aspiraron a los cargos de elección popular. Si bien la participación política aumentó, esto como consecuencia de la norma que obliga a que la conformación de las listas para cargos de elección popular debe tener como mínimo el 30 por ciento de sus integrantes del género femenino, no ocurrió lo mismo a la hora de alcanzar el principal propósito, la obtención de curules en las corporaciones públicas.
Vale destacar en el nivel nacional la obtención en cabeza de mujeres de alcaldías muy importantes como la de Bogotá con Claudia López y Virna Johnson en Santa Marta; así como Clara Luz Roldán, gobernadora del Valle y Elsa Noguera en el Atlántico, son resultados para mostrar, porque además de ganar, lo hicieron con contundencia, sus éxitos no dejaron ningún tipo de duda y se demuestra que estamos en capacidad de asumir grandes responsabilidades en materia de liderazgo político. Pero queda de presente que pese a estos logros, aún estamos muy lejos de dar una lucha mucho más equilibrada que nos garantice acceso al poder político, dejando claro que el camino por recorrer para que tengamos más presencia en las elecciones todavía es enorme, puesto que de los 117.822 aspirantes totales a estos comicios, solo 43.824 eran mujeres, es decir, 37,2% del total y, de ellas, salieron escogidas apenas cuatro en los cargos de alcaldesas y gobernadoras frente a 61 hombres electos en las principales regiones del país. No obstante, el panorama nacional, en cuanto a los 1101 participantes por las alcaldías locales, destaca que solo 754 candidatas mujeres se postularon a este cargo, representando solo un 16%.
El Huila no escapó a esta realidad nacional, por ejemplo, para las alcaldías de los 37 municipios se postularon en total 23 mujeres, resultando electas solamente cinco, algo más del 20 por ciento de las aspirantes y menos del 13 por ciento de dichas alcaldías quedaron en manos de representantes del género femenino. Cabe destacar los éxitos de Elizabeth Motta, en Campoalegre; Gaby Angelita Ñañez en Isnos; Liliana Trujillo en Tarqui, Natalia Caviedes en Palermo y Yelitza Fierro en Teruel, logros que hacen parte de un proceso que a mediano y largo plazo dará fruto para que más mujeres puedan alcanzar la meta de gobernar en el departamento del Huila.
En la Asamblea del departamento resultaron electas tres mujeres, dos de ellas con las más altas votaciones Karol Ortigoza y Sandra Milena Hernández, quienes demostraron a lo largo del proceso electoral gran liderazgo que se tradujo en votaciones masivas por sus propuestas y que hacen parte de una nueva generación de lideresas que con trabajo, compromiso, capacidad de gestión y preparación se han ganado un gran espacio en un contexto que históricamente ha estado dominado por los hombres. A ellas se suma Tatiana Méndez, procedente del Centro Democrático. Las tres representan el 28 por ciento de la conformación de la Asamblea del Huila, una notable minoría política que deberá trabajar duro para poder apalancar las iniciativas en favor de sus congéneres.
En el caso del Concejo de Neiva, hay que señalar que de los 19 cabildantes que integran esa corporación apenas tres serán mujeres. Leyla Marleny Rincón, Margoth Useche y Victoria Castro, las tres con las más altas votaciones en cada uno de los partidos que representaron, algo que habla muy bien del trabajo desarrollado en campaña, de las propuestas que presentaron al electorado, pero que les exige nuevos retos, como es hacer equipo para defender las políticas públicas y adoptar las leyes que propendan por la equidad de género. Apenas el 17 por ciento del Concejo de Neiva, quedó conformado por mujeres, una cifra muy baja y que preocupa para una ciudad capital como Neiva que presenta altos niveles de desigualdad, violencia de género y falta de oportunidades.
El panorama no es nada distinto en el resto de municipios del departamento, el promedio de dirigentes que alcanzaron un escaño en los concejos, no llega al 20 por ciento. Por eso las tareas por ejecutar son bastantes, pues es necesario consolidar liderazgos, los partidos políticos deben promover con mayor fuerza e interés la participación de la mujer, queda claro que es prioritaria una reforma electoral que permita la financiación de las campañas por parte del Estado con el fin de equilibrar la balanza entre hombres y mujeres, pero también debemos aprender a ser solidarias con nosotras mismas, ese es uno de los puntos en los que necesitamos avanzar, curiosamente las mujeres votan en su gran mayoría por hombres, bloqueando de esa manera la oportunidad de sus congéneres de alcanzar escaños en las corporaciones públicas.
Hay que insistir, actuar con persistencia, no podemos claudicar, necesitamos avanzar para pasar de participar a la acción política de gobernar.
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