La Nación
“Mi hijo se disparó delante mío. ¡Qué dolor!” 2 5 mayo, 2024
ACTUALIDAD

“Mi hijo se disparó delante mío. ¡Qué dolor!”

Foto: Internet.

Sandra Milena Dunas, madre de Nicolás Hernández Duna, el joven de 14 años que se disparó en su estómago y murió en Neiva después de una discusión familiar habló en exclusiva con LA NACIÓN.com.co. Reflexionó sobre lo ocurrido.
 
 

“No entiendo qué pasó, son problemas de hogar, como siempre…”, narra de entrada Sandra Milena Dunas su tragedia a LA NACIÓN.com en medio de lágrimas incontrolables que se deslizan sobre sus mejillas.
 

“Debemos tratar bien a nuestros hijos, no debemos decirles que no sirven para nada, no debemos herirlos, no debemos decirles malas palabras, debemos hacerlos sentir importantes en la vida, lo que me pasó es muy horrible…”, repite incansablemente.
 

Dunas- madre de 35 años, estilista profesional- insiste “en que lo ocurrido fueron problemas de hogar, de adolescencia, de esos inconvenientes con los muchachos que hoy en día que quieren hacer lo que ellos quieran cuando tienen mamá que los aprecia, y busca guiarlos por el camino correcto. Ahí estamos las mamás para reprenderlos, educarlos”.

 
Nicolás Hernández, su hijo, tuvo una discusión con ella el domingo pasado a la 1:00 de la tarde en su casa ubicada en el barrio Arboleda Real, norte de Neiva. La mujer intentó reprenderlo, pero él, en un acto de soberbia, rebeldía, tomó una equivocada decisión: sacó de su cuarto un arma de fuego y se disparó en su estómago.

 
“Él mantenía triste, muy aburrido, mantenía diciendo que la vida no valía nada, que él no era nada, que él no hacía nada, que todo lo malo era para él…”, recuerda Sandra.

 
Ese domingo- expresa ella- discutieron. “Yo siempre le decía ‘Nicolás cuando haga algo hágalo bien hecho papi, no lo haga mediocremente. Haga bien las cosas para que yo no tenga que decirle nada’. A él no le gustaba que yo lo reprendiera”.
 

“Mi hijo se disparó delante mío. ¡Qué dolor!” 8 5 mayo, 2024
Sandra Milena Dunas y su hijo Nicolás Hernández Duna.
 

 
A lo mejor- cuenta la madre- lo hirió con sus palabras, y él no aguantó. “Él no estaba estudiando, él estaba por la tarde, lo pasé a la mañana pero no le gustó por la madrugada. Iba mal en el colegio (Técnico Superior)”.

 
“No imaginé que mi hijo tuviera un arma de fuego en la casa. Si hubiera sabido había sacado eso de mi casa. No sé de dónde la sacó, no entiendo cómo llegó esa arma a mi vivienda. Yo vivo solo con él y con mi otro niño y ahora me dejó solo. ¡Ay Dios!”.

 
“Él se encerró en el cuarto, yo le abrí la puerta, empecé a aconsejarlo, le dije ‘mire mijo, yo lo reprendo es porque quiero su bien, es porque yo lo quiero y busco un bien para usted. Qué mamá no quiere el bien para sus hijo…Él se disparó delante de mí, sin poder hacer nada. Fue horrible esa escena. Yo gritaba desesperada, pedía auxilio. Y él, herido, me decía ‘mamita, mamita llama a la ambulancia’. Y yo corrí a llamar, pero fue tarde. Falleció”.

 
“Nicolás era muy bueno, se daba a querer. Los vecinos lo apreciaban, pero conmigo era a veces muy soberbio, rabioso. Él iba a misa, asistía todos los domingos, se bañaba, se vestía y me decía ‘mamá más rato vengo, voy a misa’. Pero este domingo no fue. Yo, sin nada hubiera ocurrido, estuviera con él en Bogotá porque nosotros teníamos un viaje pendiente… ¡Que dolor tan grande! Yo no pude hacer nada, nada…”.

 
“Le pido a las madres que amemos a nuestros hijos, que le demos una buena educación, que los tratemos con amor, que los hagamos sentir importantes, que no les digamos que son unos inútiles, porque si Dios los mandó a esta tierra es por algo…No maltratemos a nuestros hijos con palabras, eso es un error”, concluye.

Sandra- quien no para de llorar mientras el relato- sepultará hoy martes a Nicolás sin entender el porqué de lo ocurrido.  Cree que nunca encontrará la respuesta.