De inmediato fue trasladado en un bus del Inpec hasta el Hospital Universitario de Neiva, en donde le cogieron 14 puntos y fue dado de alta el domingo.
Ese mismo domingo en la noche, el joven dijo sentir mucho dolor en la cabeza y debido a que es hemofílico su progenitora se alertó y no pensó dos veces antes de llevarlo hasta el centro médico, en donde le dijeron que “le había quedado un coágulo de sangre en el cerebro, pero que si lo operaban corría un alto riesgo de morir, que él no se iba a hacer cargo de eso, así que finalmente no lo operaron porque su ritmo cardiaco se aceleró y el médico nos dijo que eran los últimos minutos de vida. Murió a las 8 de la noche”, relató entre lágrimas su acongojada madre.
Franco Gutiérrez tenía casa por cárcel, debido a que estaba judicializado porque, según sus familiares, la Policía lo había cargado con marihuana. Su familia adelanta su velación en la funeraria San José.