La Nación
Murió un gran maestro 1 20 mayo, 2024
NEIVA

Murió un gran maestro

Murió un gran maestro 7 20 mayo, 2024
Miguel Ángel Tovar en su última entrevista con el Diario LA NACIÓN.
Crítico, académico, analítico y muy comprometido con los sectores rurales y marginales del país, fue el docente e investigador de la Universidad Surcolombiana, Miguel Ángel Tovar, quien falleció ayer al mediodía a la edad de 71 años, luego de afrontar una ardua batalla contra el cáncer de estómago.

Su cuerpo es velado por familiares y amigos en la funeraria Los Olivos de Neiva y sus exequias se realizarán hoy a las 4:00 p.m. en la parroquia San Juan María Vianney del barrio El Jardín.

Tovar, creador de la Licenciatura en Educación para la Democracia de la Usco y columnista de LA NACIÓN durante 17 años, enfrentó con entereza la dolorosa enfermedad que le fue diagnosticada hace un año y que finalmente acabó con su vida. Durante este trayecto, el maestro universitario oriundo de Guadalupe, se sometió a múltiples intervenciones quirúrgicas.

“Me quitaron la mitad del estómago, el duodeno, la vesícula y más de la mitad del páncreas. Luego vino la tortura de la quimioterapia. Eso lo empeora más a uno. Lo debilita y lo enflaquece. En enero la terminé. A los ocho días todo el cuerpo empezó a ponérseme amarillo”, aseguró Tovar en una emotiva entrevista concedida este medio de comunicación, el pasado 30 de marzo.

“Los médicos me hicieron exámenes y ratificaron que la operación fue perfecta, pero quedaron cuatro heridas en los órganos que afectaron el conducto que evacuaba. La salida fue drenarme con catéteres. Es triste porque según los últimos exámenes toda la quimioterapia no sirvió. El cáncer hizo metástasis”, aseguró Tovar en la exclusiva entrevista, en la que además reafirmó sus análisis críticos de la sociedad colombiana, su trabajo comunitario y su lucha permanente por una sociedad más equitativa, democrática e incluyente.

“Lo más grande que puede dar un hombre después de una gota de sangre, es una gota de lágrimas y a usted hoy le he dado varias”, manifestó el docente al culminar el diálogo con LA NACIÓN.

Trayectoria

La Universidad Surcolombiana fue el eje de su vida. La investigación crítica, participativa e incluyente fue la metodología que lo caracterizó. Tovar pasó su vida trabajando con los campesinos, en las comunas, siempre con los sectores populares, estableciendo referentes para la intervención real y democrática de los ciudadanos huilenses.

Su carácter lo impulsó a asumir una lucha constante por construir una sociedad con justicia social. Su criticidad la plasmó en importantes proyectos académicos que consolidó en el alma máter, como la Licenciatura en Educación para la Democracia, algunos postgrados y guías metodológicas para el trabajo comunitario y rural.

El docente, sin perder nunca su sentido crítico, analizó por última vez el rumbo de la Universidad Surcolombiana. “La misión de la universidad es formar ciudadanos críticos. ¿La universidad forma como ciudadanos críticos a ingenieros, administradores, médicos, contadores o abogados? ¿Puede existir investigación científica sin sentido de criticidad? Mientras la universidad no sea esa consciencia crítica de la sociedad es sólo un colegio mayor, como el de Nuestra Señora del Rosario, pero no una universidad”, expresó.

“La esperanza está en la juventud, en ustedes mismos, en no tragar entero y en leer mucho. En formar círculos de estudio y en comprometerse con proyectos sociales. Fundamentalmente creo en esto, más que en formar profesionales, se necesitan seres humanos críticos. Afortunadamente quedó semilla. El futuro de Colombia está en la gente sencilla, en la gente humilde, en los indígenas, en los campesinos. En la gente sana”, puntualizó.

Familia

“Mi esposa es Ilba Montenegro. Llevamos juntos toda una vida: 44 años. Jamás podría tener otra mujer como mi esposa. Es una excelente madre, hermana, hija, amiga y compañera. Es muy especial. Afortunadamente me acompañó siempre, con amor y fortaleza, hasta el final”, dijo Tovar, quien en su última entrevista insistió en que su soporte primordial fue su familia.

“Tengo dos hijos. Fredy, el antropólogo y Diego, el médico. Mi último nieto es Juan Martín, tiene cuatro meses y es el primogénito de Diego. Él está recién casado. Fredy tiene dos niños: Manuela y Juan Esteban. Tengo una excelente familia. Fui muy afortunado. Ellos son el centro de mi vida, son mis fuerzas, mi soporte”, dijo el maestro.