La Nación
‘No descarto precandidatura presidencial’ 1 4 mayo, 2024
ENTREVISTA

‘No descarto precandidatura presidencial’

‘No descarto precandidatura presidencial’ 7 4 mayo, 2024
El ex senador huilense Jaime Dussán, habla de las supuestas divisiones al interior del Polo Democrático y revela que participaría en una posible precandidatura presidencial, por la izquierda colombiana,
Que el partido de izquierda Polo Democrático Alternativo se encuentra atravesando un momento complicado como consecuencia de supuestas divisiones internas, no es un secreto.

Uno de los motivos es sin duda el tema de la elección del nuevo presidente de la colectividad, tras la salida hacia el gobierno, de la actual ministra de Trabajo, Clara López.
Mientras para algunos de sus miembros la presidencia debe ser colegiada, otros piensan que debería ser para una sola persona. Lo cierto es que uno de los aspirantes es el ex senador huilense, Jaime Dussán, quien ya ha probado esa dignidad.

Entre tanto, Dussán asegura que no es que el Polo Democrático  esté dividido al tiempo que explica que se trata  precisamente de una colectividad que confluye distintas formas de pensar. Negó que sea cierto que desmovilizados de las Farc podrían ingresar a hacer parte de las filas de su partido.     
 
¿Cómo va el cuento de la elección de presidente del Polo Democrático?

El Polo Democrático Alternativo aceptó la renuncia de la presidenta Clara López para acceder al Ministerio del Trabajo. Después de eso se han estado discutiendo dos opciones en el Partido que tiene que ver primero con una presidencia colegiada y otra, sola. En el comité ejecutivo estamos en esa tarea pero al lado, un poco mirando los procesos electorales, dado que se han anunciado ya muchas candidaturas en distintos sectores políticos. Hemos hecho dos reuniones, mañana tendremos otra, hemos encargado al concejal de Bogotá Álvaro Argote en la representación legal, y aparte de eso, tendremos resueltos los problemas administrativos y seguramente mañana o la semana siguiente tendremos una presidencia colegiada de las distintas tendencias políticas.

¿Pero cree que sería una presidencia colegiada o sola? 

Yo creo que existe mayoritariamente una idea de la presidencia colegiada, creo que de los diálogos que hemos hecho estos días podremos lograr un acuerdo final de una presidencia colegiada.

¿Por qué les parece mejor ese camino?

Por una razón elemental, porque estamos próximos al congreso del Partido, porque es mejor tener expresiones de las distintas opiniones políticas para ir discutiendo con cuidado cuál sería nuestra posición con referencia a la táctica política electoral del 2018. Como miembro de la dirección del Partido mi propuesta conlleva a que el Polo busque una coalición con todos los sectores, no establecimientos. Me refiero a todos los sectores de la izquierda democrática de Colombia, de expresiones regionales muy importantes que se dan en el país, el movimiento social y algunas personalidades disidentes de otros partidos que no estarían de acuerdo otra vez con la  coalición del establecimiento para continuar en lo mismo. Y otro sector que creen que habría que unirse a los que han trabajado por la paz, en el sentido que en el posconflicto eso ayudaría a consolidarlo. Usted sabe que los debates académicos llevan a que se delibere mucho para que finalmente en 2017 podamos tomar una determinación, la más acertada para lograr profundizar la democracia en Colombia. Y un poco esperar cuando lleguen los compañeros de las Farc a la vida civil, y los del Eln, si se inician los diálogos, para de nuevo mirar las opciones en la realidad política.

¿Usted está aspirando a la presidencia del Polo?

Yo fui cinco veces presidente del Partido, nombrado después de que Lucho Garzón fue elegido alcalde, luego cuando Carlos Gaviria renunció para ser precandidato a la Presidencia de la República y al no tener la representación del Partido abandonó la dirección, y regresé. Cuando Clara López, igualmente estuve unos días encargado de la presidencia y en la transición del Polo Democrático Independiente y Alternativo, también.

¿Pero le gustaría encabezar esa presidencia colegiada?

A mí me pasa lo que a los viejos profesores, a veces nos gusta más ser consejeros, después de haber tenido una experiencia tan larga. Yo fui durante 20 años dirigente sindical, congresista y eso le da a uno posibilidades de ser más tranquilo, ser más realistas. Como yo estoy lejos de cualquier aspiración eso me permite un poco con algunos ex presidentes del Partido ir buscando entendimientos de tal manera que logremos lo mejor.

¿Significa que descarta cualquier aspiración política a futuro?

Sí, hasta ahora no está en mí quehacer esa posibilidad. Me han propuesto varios compañeros que regrese al Congreso pero he dicho que no y algún sector del Partido me ha propuesto que compita en la precandidatura presidencial en el próximo congreso del Partido. Esa posibilidad no la he descartado porque si mi nombre   contribuye un poco a abrir el debate en el Partido para que haya varias opiniones, puedan ser discutidas, y finalmente entre todos logremos acuerdos.

A propósito de la situación en el Polo, ¿cómo se va manejar el tema con el senador Robledo? No es un secreto que hay algunos rifi-rafe entre los que lo quieren y los que no…

En el Polo Democrático lo que hay son expresiones. El senador Robledo es una expresión muy importante y grande del Polo al igual que Clara López, igual el senador Cepeda, Castilla. Seguramente surgirán nombres regionales importantes, pero en el Partido hay un acuerdo y es que nadie se va de él. Aquí nos vamos a cascar entre todos pero siempre adelante.

¿Es cierto que hay un sector del Polo que quiere aceptar en la colectividad a desmovilizados de las Farc?

Las Farc no se van a desmovilizar en ningún partido político. Ellos tomaron la decisión de ser un partido político, entran a la vida nacional mediante un proceso político.

¿Qué papel va a jugar el Polo en el posconflicto?

La tarea de nosotros primero, es apoyar el sí por el plebiscito para refrendar los acuerdos. En segundo lugar, buscar que se cumplan los acuerdos y trabajar por la construcción de una coalición política que compita  por la Presidencia de la República en 2018.

Bueno, la va a tener duro la izquierda en 2018, primero con las Farc y después el Polo…

Como siempre. A nosotros nos ha tocado duro como ahora el establecimiento porque usted mira las opiniones políticas y esto está bastante empatado. Todos los sectores liberales como Cambio Radical y el Partido Liberal les va ganando Germán Vargas Lleras, y seguramente si logran un acuerdo, los tres se unirían con fracciones del conservatismo y de pronto con apoyos de algunos de los que se reintegran a la vida civil, para continuar con el establecimiento. El otro lado es el senador Uribe que seguramente tendrá candidatura de Oscar Iván Zuluaga, que con sectores conservadores como Martha Lucía Ramírez lograrían un acuerdo y avanzarían en una candidatura. Y los terceros estamos los que pertenecemos a una izxquierda democrática, que somos inteligentes, que aprendiendo los procesos políticos de otras latitudes latinoamericanas, pudiéramos estar no pensando en la palabra izquierda sino democracia y cambio, podríamos ir avanzando poniendo en vigencia en lo fundamental de la Constitución del 91, el estado social de derecho.

La paz

Con respecto al proceso de paz ¿definitivamente en que queda el Polo?

El Polo Democrático Alternativo ha decidido apoyar el plebiscito votando sí para que queden refrendados los acuerdos que el gobierno firme con las Farc y ojalá con el Eln. Es decir que nuestro voto es sí a los acuerdos  que no quieren decir que sea paz sino que indiscutiblemente es que se para la guerra y se deja de utilizar las armas como método de acción política  que ha sido grave para Colombia.

¿Hay algún condicionamiento?

No, nosotros votamos sí entendiendo que estamos apoyando los acuerdos, y no las políticas que se implementan por parte del régimen político vigente. Ahora, cuando hay una decisión de la Corte Constitucional que quiere decir sí o no, la gente tendrá la oportunidad de tomar partido por el no voto. Creo que la gente no quiere más violencia, más impuestos, ni asaltos y por supuesto votaría sí en el entendido que no se está plebiscitando un apoyo al gobierno ni al régimen político sino que se está apoyando lo que el gobierno y las fuerzas insurgentes pacten.

Sin embargo, ¿a qué obedece que el país esté tan polarizado frente a este tema?

Porque   hay una polarización real en Colombia, aquí hay como unas tres expresiones políticas que pueden reflejarse en las elecciones del 2018. Una primera postura política estaría reflejada en la continuidad del acuerdo gubernamental, esto es los partidos del liberalismo que se dividieron en tres opciones. Uno es la U, el Partido Liberal y Cambio Radical con apoyo de algunas disidencias conservadoras y sectores de la izquierda. Una segunda opción es la de Álvaro Uribe con simpatías de sectores muy importantes del Partido Conservador que puede estar al lado del Presidente por eso que llaman la mermelada y otro sector que le gusta los planteamientos ideológicos y políticos, que en este momento refrenda el ex presidente Uribe. Y un tercer sector bastante amorfo que tiene sectores democráticos y de izquierda. Me refiero al ex gobernador de Antioquia Sergio Fajardo, Gustavo Petro, el Polo con Clara López, y Jorge Robledo. Sectores del partido Verde, algunos con Fajardo, otros que presentarían una candidatura interna como Antonio Navarro.

¿Usted está de acuerdo con esa teoría que se ha armado que si se vota sí es por la paz, y no, por la guerra?

No es cierto. Es una visión equivocada, yo lo que creo es que la democracia le da a la gente la posibilidad de estar con los acuerdos, o en contra. Los acuerdos no son sinónimo de paz, de convivencia ni profundización de la democracia. Lo que permiten es que cesen las acciones militares de los grupos insurgentes al margen de la ley que se alzaron en armas hace más de 55 años contra un establecimiento antidemocrático y que hoy con los acuerdos pretenden lograr ampliación de los espacios democráticos, profundizar la democracia económica y abrir la posibilidad de que mediante el voto y la participación política, puedan acceder al poder.

Quienes están pensando votar por el No, ¿todavía tienen oportunidad de conocer todo lo pactado, teniendo en cuenta que aún no se conoce todo?

Creo que la gente debe tener como elemento claro de los acuerdos de La Habana, que la guerrilla renuncia a la utilización de las armas, como método de acción política para tumbar  mediante la violencia, el régimen político y en cambio aceptan el marco constitucional de buscar llegar al poder mediante el voto de los ciudadanos. Lo que desaparece es la cultura de las armas, la gente tiene que decir es que vota por los acuerdos en el entendido que no hay más guerrilla, grupos insurgentes al margen de la ley, no más enfrentamientos, no más bombas. Que no necesitamos un ejército armado para la guerra sino para la convivencia, una policía vinculada a los actos de la comunidad.

Claro, pero ¿a costa de qué?

A costa de que los ciudadanos podemos tener tranquilidad, que los niños que empiecen a nacer después de los acuerdos, no sean como nosotros que nacimos en la violencia, la guerra irracional. Sino que los empecemos a preparar como nuevos ciudadanos de la vida democrática, que las confrontaciones sean civilizadas y que acabemos con estos grupos insurgentes al margen de la ley, pequeños que se alzaron en armas y que después pretendían tumbar mediante la lucha armada un régimen político, y muchos se degeneraron en grupos paramilitares lo que hizo que el país se volviera el país del terror.

Y también a costa de unos sapos muy grandes que nos tendremos que tragar ¿no?

Lamentablemente todos los acuerdos de paz del mundo tienen ese problema. Los sapos que no tenemos que comer nos deben llevar principalmente a lograr el perdón y la reconciliación del país. Olvidar el pasado desde el punto de vista de los hechos violentos y proyectar hacia el futuro sin dejar de recordar sobretodo los muertos, las víctimas y repararlas. Que tengamos la pedagogía espiritual,  ética y moral para que en adelante nadie se atreva a seguir pensando que la violencia es un buen método para resolver las confrontaciones. Todos los procesos tienen altísimos grados de impunidad y éste con las Farc y el Eln, no será una excepción.

Muy duro, sobretodo para las víctimas…

Sí, muy duro. Todos los que hemos sido víctimas de la violencia indiscutiblemente vamos a sentir ese dolor. A quienes les mataron un familiar como el caso mío por ejemplo, el caso de amenazas que hemos sufrido permanentemente. Lo que uno podría decir, mirando la historia del ex presidente Darío Echandía que  decía: a ver si podemos volver a pescar tranquilos de noche. Pero en todo caso, los acuerdos de La Habana significan abrir el paso cierto, real a que las armas no sean en adelante instrumento de la acción política.