La Nación
No lo vuelvo a hacer 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

No lo vuelvo a hacer

Rodrigo Lara Sánchez

 

Varios hechos desafortunados han marcado las noticias de los últimos días que denotan el grado de violencia y enfermedad mental en el que nos encontramos los colombianos. El primero de ellos la sonada muerte del estilista y su madre, causada por su propio hijo y hermano. Con frialdad como si se tratase de una novela macabra asesinó a sus familiares mas cercanos, su plan fue imperfecto y pudo esclarecerse rápidamente llevándolo a confesar el plan que desarrolló, cerrado con una frase final en la audiencia que como una lápida deja entrever la comprometida salud mental del individuo: no lo volvería a hacer. Obvio, solo tenía una madre y un solo hermano.

El segundo hecho es el vil asesinato de un líder ambientalista, un niño del resguardo Las Delicias en el Cauca, comprometido con la defensa de los páramos de su departamento, demostrando con este hecho el grado de maldad y descomposición presente en sus agresores, ¿Quién es capaz de matar a un niño de tan solo 14 años?  ¿Qué mente retorcida puede generar tan reprochable hecho?

Finalmente me voy a referir a la muerte a causa de un artefacto explosivo de dos uniformados de la Policía Nacional en Arauca, hace unas semanas, quienes fueron engañados y llevados a la muerte por un plan maquinado hasta el último detalle por integrantes del ELN.

Puede que no se relacionen a primera vista, pero en el fondo este y otros muchos hechos violentos que ocurren a diario son el reflejo del grado de descomposición, maldad e indiferencia que como sociedad estamos demostrando. Poco o nada hacemos para evitar que sigamos acostumbrados al homicidio, no bastaron 50 años de conflicto con las FARC, la historia de violencia continua como si estuviéramos predestinados a repetirla una y otra vez, una especie de bucle interminable en el tiempo.

Por eso las decisiones políticas que busquen cambiar esta realidad deben ser tomadas con urgencia en el plano de la salud mental, Colombia está enferma y solo nosotros somos capaces de sacarla adelante.

Desde la educación inicial se debe trabajar en fortalecer esas cualidades que nos hacen diferentes como especie:  la solidaridad, el amor por el prójimo, el perdón, la empatía, el valor de la verdad y la honestidad. Requerimos con urgencia una transformación a la educación que estamos impartiendo, que forme verdaderos ciudadanos, porque de seguir haciendo lo mismo estaremos condenados a enfrentar una y otra vez la misma realidad a la que tristemente nos hemos acostumbrado.