La Nación
EDITORIAL

No más exilio

El Atlético Huila seguirá en el exilio forzado. La parálisis de las obras de adecuación y remodelación del estadio Guillermo Plazas Alcid lo obligarán a estrenarse frente Júnior fuera de casa. Y con seguridad tendrá que seguir debutando en el resto del torneo fuera de Neiva, su sede natural.

La ambiciosa remodelación quedó en obra negra y amenaza en convertirse en otro elefante blanco.  Las obras adicionales que aparecieron en el desarrollo del contrato, terminaron ‘enredando’  la terminación del proyecto. Según un  reciente dictamen quedó ejecutado en un 61% y sin posibilidades de continuar, por falta de recursos. Gravísimo.

La falta de planeación en la proyección de la obra, que compromete al Gobierno Nacional, a la Alcaldía de Neiva y a la Gobernación del Huila, terminó desencadenando hechos imprevistos y agigantando la inversión. Una fórmula que está tomando auge en la contratación estatal.

Lo grave es que pese a los avances, el escenario deportivo no podrá utilizarse, con todos los efectos económicos, sociales y deportivos que acarrea. El año pasado le costó al conjunto más de mil millones de pesos, además de la pérdida de la hinchada.

Está confirmado que las tribunas oriental, norte y sur presentan un serio deterioro físico que representa un alto riesgo. Tampoco se realizó el reforzamiento estructural ajustado a las nuevas disposiciones sismo-resistentes, lo cual significa que no podrán utilizarse por las amenazas.

La primera fase tuvo una inversión de 20 mil millones de pesos utilizados para la construcción del costado occidental. Lo grave es que no hay recursos ni se autorizaron adiciones para terminarlo.

La situación obligará a las directivas del conjunto opita a buscar otros escenarios en esta fase del torneo.

No hay razón para continuar en esta incertidumbre. El Huila exige esfuerzos conjuntos para garantizar la terminación de la obra y la reactivación del escenario deportivo. El conjunto opita es un patrimonio regional que debe preservarse.

La culminación del proyecto es una prioridad inaplazable. El Huila no soportará otro monumento a la ineficiencia y exige su terminación.

Este fue el clarmor general, liderado por LA NACIÓN, que se sintió anoche durante la entrega de los Premios Mingo Pinzón a los deportistas y dirigentes más destacados.

Una voz de los deportistas, dirigentes, entrenadores y patrocinadores, que debe escucharse. Un clamor de la sociedad civil y de una hinchada que no resistirá un descenso.
Hay que hacer causa común para agilizar la remodelación y la reinauguración del escenario deportivo.
 

“La culminación del proyecto es una prioridad inaplazable. El Huila no soportará otro monumento a la ineficiencia”.

 
EDITORIALITO

Como estaba cantado, el defensor del Pueblo, José Arman do Otálora, no resistió la reacción ciudadana por sus supuestos abusos en el ejercicio del cargo. Las denuncias por acoso sexual, la piedra del escándalo, terminaron precipitando su renuncia. La suspensión provisional, ordenada por el Procurador, asegura su retiro anticipado, como se reclamaba.