La Nación
COLUMNISTAS

No perdamos el balón…ni el voto

Que alegría tan amarilla, azul y roja. Este fin de semana el país solo habla de su equipo. No solo del equipo negociador de paz en La Habana, sino de nuestra selección de fútbol que acaba de derrotar a Perú en la eliminatoria a Rusia 2018. No se imagina don José Néstor Pèkerman y sus muchachos, el bien que le hacen al país con sus triunfos. En estos momentos el señor Presidente Juan Manuel Santos y don José Néstor Pekerman, están jugando los partidos de sus vidas. El señor Presidente quiere finiquitar la paz con las Farc y don José quiere estar en el mundial de Rusia 2018. La Paz y el mundial de Rusia son posibles; si existe el compromiso de los protagonistas y el apoyo de la nación, sin excepciones; por eso debemos defender la paz y acompañar la selección. Como se trata de una final histórica, entre la institucionalidad de Colombia y las Farc, que quizás no se vuelva a repetir, yo quiero hacer las siguientes recomendaciones al partido que se está jugando en La Habana: ojalá que estos equipos jueguen limpio, sin triquiñuelas, sin zancadillas, con un solo objetivo; La Paz de Colombia. No a los tiros de fusil, si a los tiros de esquina y tiros en el palo de Teófilo, no a las minas quiebrapatas, si a los quiebres de cintura de Cuadrado. No a las voladuras de torres de la energía y oleoductos, si al júbilo y explosiones de alegría con los triunfos de nuestra selección. A todos nos conviene un empate entre el Gobierno y las Farc, que ojalá no haya goles, ni agresiones, para que se firme un acuerdo de paz, que puede ser el inicio de un proceso para solucionar los problemas sociales y económicos del país. Y así debe ser la actitud en el proceso de paz, que los negociadores del Gobierno y la guerrilla trabajen en equipo, que jalen para el mismo lado y pronto tendremos un país en paz y goleando.

El fútbol y las próximas elecciones, son escenarios ideales para comenzar con la reconciliación nacional y combatir la politiquería y la corrupción. No es posible que Neiva quede en manos de concejales que presuntamente entregaron la recolección de basuras y el relleno sanitario por 20 años a particulares, en perjuicio de las Empresas Publicas de Neiva; y que además montaron un carrusel para las reelecciones en la Personería. No hay derecho. Para que no ocurra lo de Venezuela y se nos aparezca en Neiva un “in Maduro populista” que anda ofreciendo esta vida y la otra; vamos a votar para la Alcaldía con el corazón y con la razón, por el médico Rodrigo Lara Sánchez, que no tiene “rabo de paja”, para que se encargue de curar a Neiva de la falta de planeación, de la corrupción y la improvisación. Llegó la hora de sacarle la tarjeta roja a la corrupción,  y eso es algo que no pueden hacer “los mismos con las mismas”. Aquí lo importante es que el 25 de octubre no perdamos el balón…ni el voto.