La Nación
COLUMNISTAS

No se deje domesticar, elija con libertad

Ya se acercan las elecciones para el Congreso de la República. La democracia parece ser el mejor sistema de gobierno al que ha llegado el hombre después de muchas centurias de organización política. En Colombia vamos a cumplir doscientos años de implementación de la misma, pero a su vez, estamos aún lejos de ser un país auténticamente demócrata. La conciencia y la responsabilidad políticas, no se han conquistado. La gente no lee, vota por lemas y se contagia por la publicidad. Le falta mucho criterio político, es decir un sano sentido crítico.

La corrupción, sobre todo en el sector público ha llegado cifras gigantescas, parece que nadie la detiene. Aquellos que la combaten, o mueren en la batalla o se unen a los corruptos. Este parece ser un camino más rentable, “si no puedes con tu enemigo, únete a él”. En mi larga vida, siempre he escuchado el mismo discurso.

La gente se ha acostumbrado tanto a la corrupción que va haciendo escuela en el colectivo social frases como éstas: “Robe, pero no robe tanto”. “Sí, ha robado, pero ha hecho muchas obras”. “Delincuente o no delincuente, NN., presidente”.

No amigo lector, o se es honrado o se es ladrón, no hay término medio. La gente no se confiesa que roba, eso hace parte del actual modo de vida, ¡qué cinismo! Es más corrupto el elector que el elegido, pues es corrupto el elector cuando le exige al candidato un puesto para el hijo –cuando a los cargos se debe llegar por méritos-. ¿Por qué negocia su voto? ¿Por qué le pide al político que le dé trasporte para salir a votar? No sea descarado, estímese, usted tiene con qué comer en su casa, ¿por qué vende su voto por un plato de comida? Tenga autoestima, gánese el pan con el sudor de la frente, no con el sudor del de enfrente. Enójese cuando le ofrezcan hacer el trueque del tener por el ser. Usted vale por lo que es, no por lo que tiene. Piense, usted tiene cerebro, estrénelo, sea crítico. Dios lo ha dotado a usted con razón: lea, analice y decida. No olvide que el voto es secreto y usted es libre de decir o no su opción política. No necesariamente gana quien más ruido hace. Ordinariamente cuando el cerebro está vacío, necesita mucho ruido para llenarlo; ¿de qué? De basura. El silencio es con frecuencia, más sabio que las palabras. Qué vergüenza que usted se deje domesticar como los animales. ¿Su opción es por quien le da una camiseta bonita?; ¿un trasporte gratuito?; ¿un asado? No sea venal, no se deje comprar, tenga un poquito de amor propio. El gobierno no debe ser una torta de burocracia. Gánese los espacios por su esfuerzo y dedicación, dé resultados para que usted sea buscado. Brille con luz propia, no busque padrinos. O, ¿usted es tan pobre que tiene que buscar “padrinos” para que le cubran su incapacidad? Elija a los mejores ¿Quiénes son los mejores? Aquellos que tienen solvencia académica y moral. Solvencia moral: conducta ejemplar. Solvencia académica: mínimo pregrado, ojalá maestría y doctorado. Los excelentes estudiantes, deberían ser nuestros gobernantes.
*Obispo de Neiva