En letrinas improvisadas o pagando por el servicio de baño en viviendas aledañas al barrio Villa Constanza, permanecen los campesinos quienes continúan concentrados en Neiva por el paro cafetero. En letrinas improvisadas o pagando por el servicio de baño en viviendas aledañas al barrio Villa Constanza, permanecen los campesinos quienes continúan concentrados en Neiva por el paro cafetero. Los manifestantes afirmaron que el agua que se viene suministrando no alcanza, y hay déficit de medicamentos. La Secretaría de Salud declaró la alerta roja. LA NACIÓN, NEIVA Las duchas improvisadas y letrinas artesanales hacen parte de las medidas que han tomado los campesinos que se asentaron desde el pasado lunes en el sector de Amborco, sobre la vía Neiva-Bogotá. El barrio Villa Constanza parece un mercado persa. Algunas viviendas aledañas al sector donde permanecen los campesinos, ofrecen desde el servicio de baño, que oscila entre 500 y 1.000 pesos, hasta cargar celulares por 500 pesos. Los manifestantes aseguran que cuentan con pocos medicamentos traídos desde sus lugares de origen, mientras que el agua que suministra el Cuerpo de Bomberos de Palermo no es suficiente para abastecer a toda la población campesina que se mantiene en el paro. La Secretaría de Salud Departamental declaró la alerta roja. La titular de la cartera, Emma Constanza Sastoque, señaló además que en Garzón y Neiva el traslado de pacientes se vio afectado por el bloqueo de las vías. ‘Un mercado persa’ “Servicio de baño, ducha, gaseosa”, se visualiza en avisos ubicados en las fachadas de varias viviendas del barrio Villa Constanza, donde más de 20.000 campesinos que se han integrado al paro cafetero se mantienen desde hace tres días. En los alrededores de Villa Constanza, los campesinos literalmente se han tomado el espacio. Cientos de hamacas han sido ubicadas en las fachadas de las casas, y los escenarios públicos como el parque se han convertido en tendederos de ropa. De acuerdo con los manifestantes, las condiciones de sanidad no son las mejores. Algunos han optado por construir letrinas improvisadas en zona boscosa para hacer sus necesidades fisiológicas, pero los malos olores son cada vez más evidentes en el entorno. Por eso, la presencia de campesinos en las casas del sector crece, debido a que los baños de las familias se han convertido en congestionados baños públicos. “Algunos hemos construimos unas letrinas, las encerramos en plásticos y en yute, y con la misma tierra estamos tapando. Otros van al río, porque no todos tienen la posibilidad de pagar por el servicio de baño. En esas condiciones se está generando una situación crítica, porque estamos empezando a dormir casi que encima del estiércol, de las piedras”, señaló Elver Osorio Ardila, caficultor del municipio de Santa María. Los campesinos aseguran que si bien los baños de las casas están al público, el riesgo de adquirir enfermedades o epidemias es latente, porque mucha gente los usa. “Aquí en estas condiciones se nos agudiza el problema de sanidad, porque hay mucha gente y los servicios de aseo son muy escasos. Cada día que pasa va a ser un problema más grave porque las condiciones de salubridad tienden a empeorar y no estamos preparados en caso de una emergencia en salud, producida por un virus o una epidemia”, manifestó Marco Aurelio Cubillos, campesino proveniente del municipio de La Plata. ¿Déficit en agua y medicamentos? El Cuerpo de Bomberos de Palermo viene suministrando agua potable a los manifestantes. Sin embargo, los campesinos aseguran que el líquido que les llega en el camión cisterna no es suficiente. Varios han optado incluso por viajar hasta sus veredas y transportar el agua para la preparación de los alimentos. Heder Ladino Pérez, campesino del municipio de Teruel, aseguró que ante la insuficiencia en el suministro de agua, realiza varios viajes al día para transportar más de 200 galones de agua potable a los manifestantes de su jurisdicción. “Traemos agua apta para el consumo humano desde Teruel. Hacemos parte del paro más de 20.000 campesinos, ayer llegaron más manifestantes y ante ese panorama es insuficiente el agua que nos traen en los carrotanques”. Pero para los campesinos el problema no para ahí. Medicamentos y botiquines de primeros auxilios escasean en los cientos de cambuches en los que se alojan los manifestantes. “No contamos ni siquiera con un botiquín de primeros auxilios, usamos medicamentos auto formulados porque no tenemos más. En estos momentos, en caso de que una persona se nos enferme o que se presente una epidemia, la situación es difícil porque no tenemos a qué más recurrir”, afirmó Luisa Fernanda Olaya, líder campesina del municipio de Tello. Pocos cuentan con el servicio de salud en caso de enfermedad, como sucede en el caso de Teruel, pues los campesinos aseguraron que un grupo de paramédicos los acompaña de manera permanente en la zona de protesta. “Ellos acuden a atender a la persona que está enferma, están pendientes de si es necesario trasladarlo a un centro de salud”, agregó el líder campesino, Heder Ladino Pérez. En alerta roja La Secretaría de Salud Departamental declaró la alerta roja. La titular del despacho señaló a LA NACIÓN que todos los hospitales del departamento permanecen atentos a dar respuesta a cualquier emergencia. “Los organismos de salud tienen que estar disponibles en caso de cualquier situación que se presente, el personal médico y paramédico queda en disponibilidad permanente para atender emergencias”, dijo Sastoque. La funcionaria indicó además que su despacho viene coordinando los planes de contingencia desde el puesto de mando unificado, para estar atentos a cualquier evento que se pueda registrar en materia de salud pública. “Permanecemos alerta ante cualquier evento epidemiológico, porque en concentraciones masivas se pueden presentar intoxicaciones, problemas de saneamiento. También hemos tenido apoyo en donde hay movilidad de ambulancias, y en el momento en que se requiera atención médica tenemos los médicos del Crue con disponibilidad de 24 horas”. La Secretaria de Salud Departamental dijo que en materia de medicamentos y botiquines de primeros auxilios, también han adelantado algunas gestiones para que se puedan contar con el suministro de los mismos en el momento en que los manifestantes lo requieran. “Se han conseguido unos apoyos en medicamentos para la gente que llegó al paro, pedimos ayuda al Ministerio de Salud con botiquines y también a entidades privadas en el tema de suero oral, antidiarreicos, antibióticos y antiparasitarios. Vamos a adelantar unos muestreos en control de calidad de agua y hemos advertido a todas las autoridades sanitarias de los entes municipales”, puntualizó la funcionaria. El procurador provincial manifestó que la Gobernación había dispuesto de 12 baterías sanitarias móviles para ubicarlas en la zona de manifestación. Sin embargo, la secretaria de Gobierno, Ximena Calderón, manifestó a LA NACIÓN que su despacho no ha dispuesto de esas baterías sanitarias. ‘Misión médica ha sido afectada’ “En el traslado de pacientes, hemos tenido bastantes problemas en el sur del departamento. El lunes en la noche cogieron a piedra una ambulancia, hubo una infracción a la Misión Médica, cuando cogen a piedra a una ambulancia en el que iba una paciente, en el punto de bloqueo en Garzón”. “Ayer también devolvieron una ambulancia y nos tocó coordinar el traslado de una paciente materna en transporte helicoportado, y de un niño que tiene mal pronóstico, y si no lo traemos al Hospital Universitario de Neiva puede morir”. Hemos hecho el llamado a los coordinadores del paro para que permitan la movilidad, pero en el sur está complicado el tema. En Garzón la situación es difícil, la noche del lunes hubo que transbordar un paciente, un niño con dengue remitido de Aipe, ahí en Villa Constanza. Pero ya hoy hubo paso y no tuvimos dificultades”. Ante la falta de baños y el problema que ha generado el uso de letrinas improvisadas, cientos de campesinos se ven obligados a pagar por el servicio en las casas del sector. Letrinas artesanales construidas cerca a los cambuches y que son usadas por personas que no tienen dinero para pagar el servicio de baño, han generado malos olores en algunos sectores de la zona donde permanecen asentados los campesinos. Campesinos aseguran que el agua es insuficiente y cuentan con pocos medicamentos.