La Nación
EDITORIAL

Plan Colombia 2

Colombia y Estados Unidos refrendarán hoy un nuevo acuerdo bilateral para la paz. El anuncio se hará en el marco de la celebración de los 15 años de iniciado el Plan Colombia, orientado inicialmente a mejorar la seguridad interna y reducir el narcotráfico.

El acuerdo bilateral entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos no dio los resultados esperados en términos de reducción de los cultivos ilícitos. La meta era disminuirlos en un 50%. No se logró. Por el contrario, a los cultivos de coca, se sumó la expansión de los cultivos de amapola y la producción de heroína, exportados del Asia. El Huila fue el corazón de ese nuevo ‘Triángulo de Oro’ dedicado a la producción de opio y heroína.

Aunque el Plan Colombia tenía componentes sociales y fortalecimiento institucional, la estrategia estuvo centrada exclusivamente en un enfoque militar en lucha antisubversiva. Ese fue el principal aporte, en términos de fortalecimiento de la fuerza pública, que años después le daría la ventaja táctica.

El Plan Colombia no alcanzó las metas acordadas. La política antidrogas, soportada esencialmente en la represión, fue un fracaso. Los programas de aspersión aérea y erradicación forzosa no lograron acabar con los cultivos de coca. Las áreas sembradas se han mantenido en las mismas regiones. La fumigación con glifosato solo desplazaron el fenómeno pero no lo acabaron.

La aspersión química, por el contrario, agravó el conflicto armado, generó daños irreparables en el medio ambiente y en la salud de miles de campesinos cocaleros, provocó desplazamiento forzado y terminó, provocando una crisis humanitaria que aun, 15 años después se mantiene.

Pastrana tiene razón. Hoy se sepulta ese enfoque represivo. Pero nacerá uno nuevo, pensando en el posconflicto. Será, seguramente, una reorientación del apoyo financiero en proyectos puntuales para aliviar las secuelas de la guerra.

La asistencia gringa, que antes apoyó la guerra interna, con todas las secuelas económicas, sociales, ambientales y humanitarias, no sólo se mantendrá, sino que servirá para consolidar la paz, con  todas las ventajas. Otro logro sin precedentes.
 

 

“Será, seguramente, una reorientación del apoyo financiero en proyectos puntuales para aliviar las secuelas de la guerra”.

 
EDITORIALITO

La sociedad huilense reaccionó para condenar todos los actos de violencia contra la mujer. La marcha ciudadana fue un acto de solidaridad con la joven Dayana Andrea García, atacada con ácido en un barrio popular de Neiva. La víctima requiere ahora todo el apoyo económico para su recuperación.