2014 será recordado como la época en que fuimos sacudidos y alertados por los cambios anunciados en los nuevos tiempos.
(Caballo rojo). Las guerras locales y los conflictos se impusieron en el despertar de la nueva guerra fría y en su versión del simbolismo mediático (manipulación a través de la imagen y la noticia). Twitter (el regalo del demonio) se utilizó como instrumento oscuro de conspiradores y terroristas virtuales.
(Caballo negro). Como nunca se pasearon juntas hambre y riqueza, las inclementes estadísticas registraron tal desmesura. La morbosidad del poder para beneficio de pocos se hizo destellante. La nueva delincuencia, narcotráfico y corrupción, continúan ensombreciendo nuestras instituciones.
(Caballo bayo). Virus y bacterias demostraron la fragilidad del humano y del Planeta Tierra. Ébola y Chikunguña, sombríos mensajeros que se desplazaron vorazmente utilizando inusuales vías de subsuelos y pantanos, preparando el camino a especializadas tecnologías médicas.
(Caballo blanco). Obama y Francisco, se conectaron para construir la alianza político – religiosa del sorprendente jinete nevado.
Otros episodios igualmente extraños y azarosos acontecieron como el de Hames, el mejor gol de todos los tiempos; la inexplicable desaparición del vuelo MH370 de Malaysia Airlines (y de otras naves en mar y tierra); la estrambótica diversidad de sexos causó más de una sorpresa pues sólo se sabía de los reconocidos y comúnmente aceptados masculino y femenino, con ello se insiste en la descabellada idea de que los extraterrestres continúan entre nosotros; actos de cobardía son elevados a la categoría de actos de heroísmo mediático; el retorno de Kant superpone la disyuntiva: “derechos v.s. deberes de los ciudadanos”; el gran triunfador fue el consumismo, entre otros muchísimos sucesos.
Les deseo éxitos en 2015 aunque esta expresión no juega en estos tiempos. Simplemente sean felices y hagan lo que se les de la bendita gana.