Dra. Ángela María Pérez López
Médico General de la Universidad de La Sabana
Muchos de nosotros hemos pasado por situaciones angustiantes o de emergencia ya sea con nuestros hijos, sobrinos o amigos. Un accidente se puede presentar en cualquier momento, en cualquier lugar y es nuestra responsabilidad estar preparados para saber qué hacer y qué no hacer, pues por desconocimiento podemos agravar la situación, empleando métodos incorrectos.
Si bien es cierto que todos estamos expuestos a sufrir algún tipo de accidente, también es cierto que nuestros niños son aún más vulnerables dado a su continua evolución que los lleva a un desarrollo de destrezas y habilidades guiadas por un instinto de curiosidad y deseo de explorar, indagar, querer conocer lo que sucede a su alrededor y a experimentar mediante toma de decisiones e iniciativas. Todos estos comportamientos son positivos y contribuyen al desarrollo de nuestros hijos cuando se llevan de manera controlada y segura, sin embargo, la presencia de lesiones no intencionales ocasionadas por accidentes son una realidad y es importante saber cómo actuar de manera serena, rápida y eficaz. Al año mueren cerca de 830.000 niños por lesiones no intencionales, es decir que mueren al día 2.273 niños por esta misma causa.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los accidentes en la primera infancia corresponden a un problema de salud pública que afecta directamente la tasa de mortalidad infantil pues las lesiones no intencionales representan un 40% de la muerte de niños. El “Informe Mundial sobre Prevención de las Lesiones en los Niños” que constituye la primera evaluación mundial integral de las lesiones no intencionales en los niños menciona que las principales causas de mortalidad accidental en bebes y niños entre 0 y 14 años en todo el mundo son:
- Ahogamiento, del que mueren más de 175.000 niños al año y al que sobreviven unos 3 millones (OMS), que en el caso de Colombia ya ha cobrado la vida de 62 pequeños durante los primeros 3 meses del 2019 según el Instituto Nacional de Medicina Legal. Desafortunadamente los niños se ahogan en silencio y bastan 5 cm de agua para que un pequeño se ahogue, el problema radica en que las lesiones cerebrales que deja en algunos supervivientes hace que el ahogamiento no mortal sea el tipo de lesión con mayor impacto sanitario y económico para toda la vida.
- Quemaduras causadas por fuego, son la causa de muerte de cerca de 96.000 niños al año. Por esta época de fin de año existe un pico debido al uso inadecuado de pirotecnia o fuegos artificiales. En Colombia el 17% de los niños con quemaduras sufre una discapacidad temporal y el 18%, una discapacidad permanente (OMS).
- Por caídas mueren cerca de 47.000 niños al año. La mayoría de caídas sucede principalmente en los hogares, vía pública, colegios y áreas recreativas al aire libre.
- Intoxicaciones no intencionales por medicamentos, productos del hogar, plaguicidas de uso domestico, entre otros, es la causa por la que mueren más de 45.000 niños al año.
Si bien es importante tomar las medidas necesarias para prevenir este tipo de accidentes, también es importante saber cómo debemos actuar esos decisivos primeros minutos y hacerlo de manera segura, serena, rápida y eficaz desde el momento del accidente hasta el momento en que llegue el personal médico calificado, con el fin de disminuir el porcentaje de mortalidad de quienes podrían ser nuestros hijos. Para esto existen los primeros auxilios que van desde el soporte vital básico en donde cada segundo es vida hasta el manejo de intoxicaciones, quemaduras y asfixia teniendo en cuenta que todos podemos aprender a realizarlos y no solo el personal en salud.
Muchos padres se agobian y no saben como reaccionar frente a momentos de tensión como ahogamientos, atragantamiento o lesiones no intencionales mencionadas previamente, generando angustia y acciones equivocadas, es por esto que es muy importante para los padres y cuidadores de niños tener conocimento y habilidades en primeros auxilios debido a que los accidentes no son anunciados y debemos estar preparados para reaccionar en situaciones de peligro.