La Nación
COLUMNISTAS

Reglas para la Vida

En ocasiones lo que aprendemos a través de lecturas o publicaciones, con cierta frecuencia se olvida. Evocar información que nos permite crecer como seres humanos, nunca está de más; traer a colación alguna recomendaciones que nos permiten vivir mejor, es bueno para nosotros y quienes nos rodean. Pensando en ello hoy precisamente, quiero recordar algunos de esos pequeños y grandes aprendizajes, que nos ayudan a vivir mucho mejor.

Reconocer que nuestro futuro depende de las decisiones que tomemos hoy, asumir riesgos que consideremos necesarios para abandonar aquello que nos hace daño o nos impide progresar, nos permiten abrir los ojos a la realidad, concentrar nuestra atención en cosas realmente importantes, vivir con pasión, entrega y felicidad el momento presente.

Hacernos responsables de nuestras emociones, cualquiera que sea el factor externo que parezca originar nuestras turbulencias emocionales, acabar con la costumbre de culpar a otros de nuestros errores o deficiencias, nos hace más honestos, capaces de asumir la responsabilidad y aceptar las consecuencias de nuestras decisiones.
Creer en nosotros mismos sin olvidar nuestras posibilidades y limitaciones, de forma que al realizar cualquier tarea, iniciar una relación interpersonal o lograr nuestras metas, nos permite manejar nuestras expectativas, para conseguir éxitos y no acumular fracasos.

No esperar a ser viejos para ser sabios, educarnos frente a temas que nos permiten mejorar como seres humanos, intentar aprender cada día algo positivo,  descubrir y redescubrir oportunidades de aprendizaje que nos permitan crecer personal y profesionalmente, nos hace mejores personas.

Evitar ofender por más negativa o adversa que parezca una  situación, ayuda a salir de un problema sin recurrir a las ofensas o la violencia y que una vez haya pasado dicha situación, quede un recuerdo negativo que impida recobrar la confianza o credibilidad en los demás.

Guardar rencores, traer a colación situaciones pasadas vividas, echar en cara los errores cometidos, atormentarnos con esa basura mental, nos impide escuchar y valoras las cosas buenas. Con reserva y sin creérnoslo  todo, lo mejor es seguir adelante, preocuparnos por vivir de la manera correcta, cumplir el deber que nos asiste y no hacer daño a otros, al pretender alcanzar lo que queremos.

No nos conformemos con aceptar lo que recibimos, soportar lo que nos sucede o ser pasivos ante la adversidad, fortalezcamos nuestra espiritualidad, porque es a través de ella que moldearemos nuestros valores espirituales y seremos capaces de vivir mejor, aplicando estas sencillas reglas para la vida.