Entre las montañas, los cultivos de café y las labores del campo viven sus días los habitantes de San Luis, una comunidad neivana que con apuestas de paz busca despojarse del estigma de la violencia que durante años golpeó a la población y que se asomó nuevamente con la masacre de 7 policías el pasado 2 de septiembre. Tras el hecho, los pobladores de este corregimiento insisten en seguir apostándole a iniciativas de reconciliación. LA NACIÓN visitó la zona.
Por: Lucía Sánchez y Sergio Reyes
Informe especial
Saliendo de la capital huilense y pasando por el municipio de Palermo, se abre la ruta serpenteada que conduce al occidente de Neiva, la brisa fría llega a las mejillas, los cafetales y los abismos se toman el paisaje. Más adelante sobre las estribaciones de la cordillera central se encuentra el corregimiento de San Luis, Huila. Allí, entre las montañas, actividades de agricultura, caficultura y extracción de mármol viven los sanluiseños, los habitantes de una pujante comunidad campesina que con su labor busca despojarse del estigma de la violencia que revivió nuevamente el pasado 2 de septiembre con la masacre de 7 policías.
Tras este lamentable hecho LA NACIÓN visitó la zona para escuchar a los pobladores y visibilizar su compromiso con la reconciliación y la paz.
Históricamente este centro poblado ha sido escenario de la guerra entre la guerrilla y el Estado colombiano, desde la creación del Bloque Sur en 1964, y posteriormente de las Farc a partir de 1966. San Luis, además fue el lugar de origen del Frente Sexto (Bloque Occidental) y del Frente 66. Allí también actuaron los Frentes 17 y 21 de dicha guerrilla, siendo el período comprendido entre 2002 y 2010 una de las épocas más oscuras para los sanluiseños, por ser este un territorio de frontera con el Tolima, zona estratégica con presencia de disputas armadas por el control de este importante corredor.
Una esperanza de paz
Con el Acuerdo de Paz firmado en 2016 entre la guerrilla de las Farc-Ep y el Estado Colombiano llegó la esperanza a este centro poblado ubicado aproximadamente a 283 km de la zona urbana de Neiva y que cuenta con alrededor de 3.000 habitantes.
Las iniciativas de paz comenzaron a gestarse pese a que Neiva, y por ende el corregimiento, no fue incluido como municipio PDET (Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial), es decir, no es beneficiario de dichos programas.
Por lo tanto, las iniciativas de construcción de paz han sido lideradas por el gobierno local y las comunidades.
Las apuestas de paz de esta comunidad han estado enfocadas en el aspecto artístico; a través de murales plasmados en el caserío los sanluiseños muestran las tradiciones y riquezas de la zona y del Huila. Y pese a que es pésimo el estado de la vía de ingreso al corregimiento, esta comunidad además ha buscado incentivar el turismo.
El resurgimiento del conflicto
Desafortunadamente los valiosos esfuerzos de la comunidad sanluiseña han estado opacados con la reconfiguración de grupos armados de orden residual conformados por disidencias y nuevas vinculaciones provenientes del Cauca, Huila y Tolima, como lo advirtió la Defensoría del Pueblo en 2019 mediante la Alerta Temprana 016.
En dicho documento el Ministerio Público alerta que, ante la falta de presencia del Estado en la zona, los nuevos grupos armados han ido ganando terreno y actualmente se libran nuevas disputas por el control del orden social, de rutas del narcotráfico y de la extorsión. La Defensoría advirtió sobre el resurgimiento de los denominados Grupos Armados Organizados Residuales GAOR Ismael Ruiz y GAOR Dagoberto Ramos, provenientes del antiguo Frente Sexto de las FARC.
En este documento la Defensoría además denuncia las pésimas condiciones de las vías de acceso a esta zona, factor que facilitó la matanza de los uniformados el pasado 2 de septiembre.
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Cronología del hecho
Es de recordar que en este lamentable hecho los uniformados fueron emboscados con artefactos explosivos y luego acribillados con fusil, mientras regresaban en su patrulla a la estación del centro poblado. La matanza removió en los habitantes de esta población los recuerdos de oscuros tiempos de la guerra.
En el ataque indiscriminado perdieron la vida los intendentes Wilson Jair Cuéllar Losada y Luis Alberto Sabi Gutiérrez; los patrulleros Duverney Carreño Rodríguez y Jhon Fredy Bautista Vargas y los auxiliares Santiago Gómez Endes, Cristian Ricardo Cubillos Borbón y Arlex Mauricio Pascuas Figueroa. Mientras que resultó herido y sobrevivió el auxiliar Gustavo Alberto Esquivel Rojas.
La apuesta es la paz
La masacre obligó al Estado a girar la mirada hacia esta olvidada región del Huila, que hace parte de los lugares de la Colombia profunda donde se debe avanzar en la construcción de la ‘Paz Total’.
Precisamente el 19 de septiembre el Instituto Nacional de Vías y la Alcaldía de Neiva presentaron en San Luis el programa piloto Caminos Comunitarios de la ‘Paz Total’, que permitirá mejorar la vía que de Neiva comunica a ese corregimiento, una noticia que fue bien recibida por esta comunidad donde la presencia del Estado siempre fue ajena.