La Nación
¿Se la fumaron verde? 1 4 mayo, 2024
COLUMNISTAS

¿Se la fumaron verde?

Sergio Felipe Salamanca

 

A primera vista, la legalización del consumo de marihuana con fines recreativos en Canadá podría llegar a ser considerada como una decisión insensata, desproporcionada e incluso irresponsable, sin embargo, luego de indagar sobre los verdaderos motivos que inspiraron el citado proyecto legislativo, se puede concluir que las razones predominantes son de índole económica, idea que quedó inmortalizada en el mensaje del Primer Ministro canadiense Justin Trudeau, luego de aprobado el proyecto por el legislativo: Ha sido demasiado fácil para nuestros hijos obtener marihuana, y para los delincuentes obtener los beneficios. Hoy, cambiamos eso. Nuestro plan para legalizar y regular la marihuana acaba de aprobarse en el Senado”.

La decisión tomada por Canadá ha hecho que la gente y en especial los gobiernos empiecen a considerar medidas diferentes a las sanciones penales, llegando a tal punto, que en España ya se escuchan propuestas de legalización, como la realizada por Pablo Iglesias, miembro del partido político Podemos, quien expuso el potencial que tendría el proyecto de exportar y de gravar fuertemente a la Marihuana, sustentando su propuesta en el hecho de que “El mayor problema que genera el cannabis no es de salud pública, sino la delincuencia y la explotación asociadas al tráfico ilegal” (Fuente el País).

Junto con los argumentos de índole social y económico expuestos, considero que la misma historia es la que nos ha demostrado que las prohibiciones a lo único que conducen, es al incremento exponencial de los precios del producto vedado, así como el surgimiento de bandas dedicadas a la producción y comercialización del producto, que por lo peligroso de la actividad conforman monopolios, percibiendo cuantiosas utilidades, tal como ocurrió en la década de 1920 con la prohibición del alcohol en los Estados Unidos.

De las experiencias citadas podemos aprender que por más que un producto o sustancia se prohíban, e incluso se impongan fuertes sanciones, lo único que se logra es que el producto incremente su valor y permita el financiamiento de fuertes estructuras delictivas. Por otro lado, estrategias como la legalización, han mostrado ser más efectivas a la hora de combatir los índices de criminalidad, por ser medidas que afectan fuertemente los márgenes de utilidad percibidos por las organizaciones criminales, haciendo que la producción, comercialización y demás actividades relacionadas con el producto dejen de ser rentables y llamativas para este tipo de organizaciones.