La Nación
COLUMNISTAS

Solidaridad con los maestros

Los 350.000 maestros colombianos dirigidos por FECODE, entre los que se incluyen los 8.500 profesores huilenses liderados por la ADIH, decretaron un cese laboral desde el pasado miércoles 22 de mayo, exigiendo soluciones al pliego de peticiones presentado al Ministerio de Educación desde el pasado mes de febrero, y que después de 48 días de negociación no ha tenido respuesta positiva a ninguna de las justas reclamaciones de los educadores.

Las peticiones de FECODE al gobierno son de elemental justicia: aumento salarial que compense la inflación del último año, nivelación salarial para que los maestros que están en la misma categoría y hacen lo mismo, ganen lo mismo. Hoy existen grandes desniveles e injusticias que afectan a muchos educadores. Dignificación de la profesión del educador, para que sus ingresos sean similares a los que reciben los educadores en otros países, o los que reciben otros profesionales en Colombia.
Mejoramiento a la atención en salud de los maestros, a quienes se les retiene el 10% de su salario para este fin, recibiendo un pésimo servicio con la complicidad y responsabilidad del gobierno. Incremento del presupuesto de educación en el Plan Nacional de Desarrollo para que sea realidad la propuesta de hacer de Colombia la nación más educada de Latinoamérica en el 2025. La universalización de los tres años de preescolar (prejardin, jardín y transición) que no puede confundirse con el asistencialismo de Bienestar Familiar, una entidad que carece del personal y la experticia para brindar educación en esta crucial y delicada etapa de la infancia. Jornada única para lo cual se debe ampliar la infraestructura física, los laboratorios, la planta docente y en general la dotación de los establecimientos educativos. En este año el presupuesto de educación en el país fue del 4.4% del PIB, cuando en las naciones mejor educadas el sistema educativo recibe más del 6% del PIB (ver estadísticas del Banco Mundial).

Las respuestas de la Ministra Gina Parodi, han sido propias de cualquier politiquero déspota. Ella, que en 48 días de negociación no solucionó uno sólo de los puntos del pliego de peticiones, ahora dice que no negocia bajo la presión de un paro, que se les descontaran a los profesores los días no laborados, que la educación es un servicio público que no admite huelgas, aunque en casi todos los países del mundo los maestros hacen paros y termina con una sarta de mentiras como que les ofreció un aumento del 10% de salarios, cuando ese ofrecimientos fue de un ajuste salarial a 4 años para presentarlo como reforma al Plan de Desarrollo, para ver si era aprobado en el Congreso. Quizá al pliego de FECODE le falta un punto: el cambio de la ministra de educación.