La Nación
Un llamado enérgico. La Electrificadora no se vende 1 5 mayo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Un llamado enérgico. La Electrificadora no se vende

Jorge Fernando Perdomo

Una de las críticas que se le hace al nuevo capitalismo es que procura la destrucción para, después, emprender la reconstrucción.

Es como si el capitalismo se hubiera convertido en un agresivo fenómeno natural que, al producir tragedia exige luego la reparación inmediata, y no en un sistema para producir felicidad.

No se puede llegar a ella, pasando por las penurias que causa la tragedia pues entonces se alcanzaría “una triste felicidad”.

Eso, parece estar proyectándose desde el gobierno cuando se anuncia la posibilidad de enajenar unos activos de la nación con el fin de financiar el gasto estatal que demanda su funcionamiento con una frondosa burocracia, derroche y despilfarro.

Pensar en vender la Electrificadora del Huila es buscar la financiación de la operación del Estado, que no pudo pasar enteramente con la reforma tributaria, menoscabando el pequeño patrimonio departamental.

Si el gobierno vende el 83,0505% que tiene en la Electrificadora, según un informe de gestión de 2017, o una parte, estaría entregando el destino de la empresa que atiende un servicio público fundamental a la inversión privada y esta, se lo aseguro, en una refinanciación futura, diezmaría o acabaría con el otro 16,9494% que está en manos del departamento, de instituciones regionales y de algunos municipios.

Y no sólo eso. A la inversión privada la mueve el ánimo rentístico que la pondría a generar más ganancias a menor costo, en menoscabo del primer rubro que se afecta cuando se quiere ganar más: el empleo.

Muchos huilenses, así sus puestos de trabajo hayan sido facilitados por la volatilidad política de cada momento, llevan pan a sus mesas por el empleo que proporciona Electrohuila y venderla es poner en peligro esa base laboral, sin hablar de otros riesgos cuando se afecten los valores agregados que se han logrado con la generación y venta de energía.

La clase política, los gremios, el mismo gobierno departamental y toda la sociedad huilense tenemos la obligación de levantar nuestra protesta y oposición para hacer caer en la cuenta al gobierno central del mal negocio que para la región, aunque de seguro poco le importará, sería vender una empresa que aunque no es nuestra totalmente, ha hecho parte de nuestras vidas desde que vimos las primeras luces con la central de rio Íquira.

Los exhorto pues, a todos, a que convertidos en un poderoso equipo, ¡nos hagamos escuchar!