Piero Emmanuel Silva Arce
El domingo 29 de mayo la ciudadanía elegirá al próximo presidente de Colombia. En una de las jornadas electorales más polémicas, todas las instituciones y el conjunto de la sociedad deberían hacer un acuerdo por la democracia y pensar muy bien su voto porque de este depende el presente y el futuro del país. Es necesario analizar a profundidad lo que se difunde masivamente en los medios de comunicación tradicionales; para esto se deben cruzar fuentes y realizar una lectura juiciosa de los programas de las candidaturas pues estos se convierten en el mapa de navegación del gobierno que triunfe.
Las campañas tienen sus programas disponibles en la web. Les propongo que realicen la lectura de estos teniendo en cuenta el orden de los temas; el índice ya otorga un panorama de prioridades, se puede inferir si se trata de una propuesta continuista o si por el contrario se plantea un cambio. Para seguir profundizando en la lectura programática es necesario detenerse en las palabras que son reiterativas en cada uno de los ejes y van designando ideas diferentes ligadas a una perspectiva económica, política y cultural; por ejemplo, cambia radicalmente una apuesta económica cuando se comienza evidenciando la necesidad de aprovechar los recursos naturales y la biodiversidad que cuando se comienza haciendo énfasis en el problema de la crisis climática y del acceso al agua. Además de leer las propuestas escritas, se deben escuchar y valorar los discursos de los candidatos; a pesar de que ellos intentan mesurar posturas que saben que no son populares, al final estas se van descubriendo. Si bien algunas frases se convierten en memes y en recuerdos anecdóticos, estas revelan algún rasgo importante de un candidato, su desconocimiento de un tema o los modelos de desarrollo que representan. Lo otro para tener en cuenta es la trayectoria de los aspirantes: sus acciones y sus efectos a lo largo de su carrera política, sus relaciones sociales, los temas por los que han sido investigados y la coherencia entre sus palabras y sus actos.
Después de un análisis concienzudo de los programas de gobierno, los discursos y las prácticas de los candidatos, es muy importante valorar el presente: el país que tenemos es fruto de aquellos que han gobernado durante décadas y ellos han demostrado que su interés no va más allá de sus bolsillos. La crisis de la nación es profunda por las condiciones sociales indignas de las mayorías. Si bien las elecciones hacen parte de la democracia, esta no termina allí; como ciudadanos debemos continuar en la brega porque todas las vidas puedan florecer en paz.