La Nación
Huilenses también perdieron con liquidación de Justo & Bueno 1 26 abril, 2024
ECONOMÍA

Huilenses también perdieron con liquidación de Justo & Bueno

Los trabajadores y proveedores huilenses de la Sociedad Mercadería S.A.S. (Justo & Bueno), al igual que los arrendatarios de locales y demás actores, permanecen a la expectativa de qué pasará con el dinero que se les adeuda, de sus bienes muebles e inmuebles y sus casos especiales, como los son las embarazadas, pues la empresa cerró para siempre.

CATERIN MANCHOLA

huila@lanacion.com.co

Buena parte de los huilenses que ofrecían sus bienes y servicios para la Sociedad Mercadería S.A.S. (Justo & Bueno), guardaron la esperanza hasta el último momento de que la empresa pudiera salir a flote y fuera tan pujante como en sus mejores momentos, cuando llegó a emplear a más de 5.000 personas. Por eso la determinación de continuar con la liquidación en pleno por parte de la Superintendencia de Sociedades les hizo derramar lágrimas.

En su caso particular y de suma importancia, Paola Durán albergó el sentimiento de que la compañía pudiera salvarse, pues fue una de las personas que vio cómo llegó Mercadería a Neiva y la manera en la que esta se fue ampliando a otros municipios, y en medio de ello la mujer también logró escalar profesionalmente. Ahora Durán tiene cinco meses de embarazo y hace parte de los 319 empleados que están protegidos con el Fuero Laboral.

La adulta que trabajó durante cinco años para Justo & Bueno en la bodega principal en la capital del Huila y como analista de pedidos, expresó que se siente “en ascuas, al igual que la mayoría de mis compañeros, porque el día que determinaron la liquidación terminaron los contratos de la gran mayoría, menos de las personas que tenemos protección especial, en estos momentos estoy a la espera de qué pueda llegar a pasar”.

El contrato, su condición y su salud le causan preocupación, y debe esperar hasta la próxima semana para recibir la información de qué acontecerá. “No sé si sea sobre algún acuerdo, porque hasta donde tengo entendido ellos deben pedir permiso al Ministerio del Trabajo para poder despedirnos, pero ahora mismo no sé si estoy activa en salud, porque sí estuve unos días inactiva, y fue con derecho de petición que realizaron el pago”.

En su momento la EPS a la que pertenece le negó la atención médica, tras la experiencia, este es uno de los mayores temores que tiene, aunque en las últimas ocasiones ha recibido la atención necesaria, la cita que tendrá la próxima semana y la nueva situación la invaden de dudas, afirmó la gestante.

“La otra semana tengo cita de control prenatal, voy a ver si me atienden, porque si no han pagado y ya estoy inhabilitada pues muy seguramente me van a negar el servicio”.

Además de lo anterior, la última vez que le depositaron su salario fue hace cinco meses y tampoco le han cancelado las cesantías del año 2021, esa misma situación la pasan todos sus compañeros con los que trabajó, explicó, “no recibimos salario desde el mes de febrero”, subrayó.

El panorama no siempre fue malo. Paola destacó que logró mucho estando en la compañía. “Muchos le entregamos el corazón a lo que hacemos, porque nos enamoramos de eso. Yo empecé siendo colaboradora de tienda, pero luego Justo & Bueno me brindó muchísimas cosas, entre esas el crecimiento profesional, yo por Mercadería tengo mis más sinceros agradecimientos por todo lo que me brindó”.

Anotó que si bien le deben seis meses, ha perdido dinero y su estabilidad personal, laboral y económica, de otro lado, también tuvo un crecimiento profesional dentro de la compañía en los momentos de pujanza, “me permitió enriquecer mi hoja de vida. Y realmente sí me duele muchísimo que se haya acabado la empresa. Lloré muchísimo, me sentí decepcionada y triste”.

El asunto comenzó a pintar mal a finales del año 2021, coincide Yohana González de 25 años de edad, otra trabajadora, quien laboraba en el municipio Palermo. Ambas señalan que las condiciones desmejoraron gradualmente y habían escuchado que la Sociedad tenía problemas económicos.

Irse a tiempo

Cuando comenzó a trabajar, Yohana González se llenó de ilusión, por el salario y por las garantías laborales que ofrecía Mercadería en un pueblo como Palermo, eso le llenaba de felicidad, pues es madre de un menor de cuatro años de edad.

En Palermo primero comenzaron a escasear ciertos productos, ante lo cual los superiores afirmaban que no era nada grave, pero todo comenzó a volverse gris cuando se retrasó el sueldo de diciembre, luego en enero volvió sucedió lo mismo. En ese momento ya las noticias sobre la situación económica de la compañía sonaban con más fuerza, por eso Yohana decidió esperar a que le pagaran enero y cuando eso sucediera renunciaría.

“Nos pagaron el 18 de febrero el mes de enero, nos habían anunciado que nos pagarían también febrero, pero no pasó, dijeron que no había plata, entonces yo de ver todo eso dije renuncio. Y al final no me pagaron febrero. Yo trabajé hasta el cinco de marzo del presente año”.

La joven no tiene ni idea de qué pasará con el dinero que le deben, admitió.

También comentó que para poder acceder a salud debió acudir a la Secretaría de Salud de Palermo y que la entidad le tramitara un derecho de petición ante la Supersalud. “A mi hijo y a mí nos habían dejado sin el derecho a la salud, a mí me tocó buscar los medicamentos por mi cuenta. Hace unos días hablé con una compañera que aún trabajaba allá y ella está en mora, no la atienden”, comentó.

“Seguimos entregando pedidos”

Otras de las afectadas fueron las compañías opitas que ofrecían sus bienes y servicios. En un principio Mercadería sí cumplía lo pactado con sus proveedores, como lo fue la Industrial Cacaotera del Huila – Tolimax la cual le vendía chocolate de mesa, afirmó Andrés Ortiz, gerente de la empresa huilense.

Ortiz describió que la relación “siempre fue muy buena. Una empresa que cumplía con el contrato comercial. Luego empezaron a quedarse más de 90 días con los pagos. Sin embargo, nosotros como empresa seguimos confiando y entregando los pedidos. Pero lamentablemente ellos no pudieron cumplir con los pagos como habían prometido”.

Sobre la posibilidad de salir a flote, Tolimax fue una de las compañías que también le apostó a la esperanza, mencionó Ortiz. “Cuando Justo &  Bueno tuvo esta oportunidad de recuperarse y crearon la fiducia Colpatria iniciamos nuevamente la relación comercial y cumplieron a cabalidad con los pagos. Pero la deuda anterior a la estructura de la fiducia nunca nos fue cancelada. Y teníamos la esperanza que no hubiera liquidación, sino inversionistas que la salvaran”.

La situación es “difícil” resaltó. “Justo & Bueno nos adeuda un monto muy considerable y ese hace parte del capital de trabajo que nos permitía comprar la materia prima para la elaboración de nuestros productos, por lo tanto, esto nos afecta en la operación. Ahora esos recursos debemos llevarlos a pérdidas, afectando financieramente la compañía”.

Finalmente, expresó que no sabe qué pasó de fondo con esa Sociedad, “ni cómo es posible que haya terminado en liquidación afectando a un sin número de empresas en todo el país. Ahora no tenemos claro cómo será el proceso para que nos respondan por lo que nos adeudan, pero vamos a hacer todo lo posible para que nos devuelvan lo que nos corresponde”, concluyó.

Justo & Bueno tenía  1.062 locales arrendados en 29 departamentos de los 32 departamentos del país, como el Huila, y en más de 290 municipios como Palermo, Pitalito y Gigante, entre muchos otros. Empleaba a 3.255 trabajadores, de los cuales 319 son aforados. Solamente en obligaciones laborales por pagar, al 4 de agosto debía $53.898 millones.