La Nación
    ¿Ahora todos somos jueces? 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

    ¿Ahora todos somos jueces?

        

Cecilia López Montaño

 

Con todas las limitaciones que tiene, la democracia colombiana siempre se ha considerado como un baluarte de esta sociedad y así nos han visto los países del resto del mundo. Hemos resistido numerosas guerras, conflictos internos que nos han debilitado pero que nunca se tradujeron en la idea de sacrificar los elementos fundamentales que la caracterizan. Se vive actualmente una inmensa crisis no solo por el Covid-19 y sus impactos económicos que nuestra generación no había conocido, a lo que se agrega la conmoción política por el arresto domiciliario del expresidente Uribe.

Una parte significativa del país ha estado a la altura de las circunstancias, ha moderado sus reacciones y ha respaldado las decisiones de la Corte a la espera de que se de un juicio justo, apegado a la ley. Pero otro sector político y de la ciudadanía resolvió convertirse en juez empezando por el presidente Duque quien ignorando su responsabilidad, salió a criticar el dictamen de la justicia sobre la situación del expresidente Uribe. Como es posible que ninguno de sus asesores le hubiese señalado la gravedad de su actitud y el peligro de apoyar la actitud de los miembros de su partido que han contribuido a la profunda inestabilidad que se siente en el país. ¿Resulta que ahora todos somos jueces?

Es obvio que los miembros del Centro Democrático sientan un profundo dolor a ver a su jefe a quienes una mayoría de sus miembros venera, se encuentra detenido. Lo razonable es asegurar la mejor defensa posible por parte del equipo de abogados que tiene esa responsabilidad. Además, expresar su confianza de que este proceso que definirá la culpabilidad o inocencia del expresidente frente a los delitos de que se le acusa, tenga toda la transparencia necesaria.

Pero no. Su actitud resulta sorprendente porque asume la salida que critican a los regímenes políticos que descalifican. El Castrochavismo que es su coco, se caracteriza precisamente por lo que quieren que se concrete en Colombia: desconocer la separación de poderes que es esencial a una democracia y convertirse en jueces. Se ha repetido hasta el cansancio que este precisamente es el camino que han seguido regímenes que acaban con la democracia. ¿Tantos abogados y particularmente constitucionalistas que existen en ese partido político, no han visto esta terrible contradicción? ¿Su ceguera puede llegar a esos límites?

Lo mas grave es que su actitud ha llevado a la respuesta del Presidente Duque quien optó por ser más uribista que presidente con las inmensas consecuencias que se derivan. En momentos tan críticos, cuando las muertes, los contaminados y los impactos económicos exigen liderazgo presidencial, el presidente Duque también resolvió convertirse en juez, acompañado por periodistas que califican de estúpida la decisión de la Corte y otros políticos que llaman al país a armarse y algunos empresarios que piden sangre.

Calma, serenidad y además una reflexión profunda sobre el costo de que todos sean jueces de Álvaro Uribe en estos momentos tan complejos. Es necesario recordar que la historia es implacable y que de persistir esta actitud especialmente por parte del gobierno, los costos no solo serán para toda la sociedad colombiana sino para el presidente Duque y para su partido el Centro Democrático.